𝒀𝒐𝒖 𝒂𝒓𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒓𝒆𝒂𝒔𝒐𝒏 ➢ jakehoon

【8】

La pista de hielo llevaba ya casi una semana abierta y las clases particulares a niños pequeños junto con los grupos de amigos habituales qué iban a pasar un buen rato allí habían vuelto. Jake esos días estaba concentrándose más en tramar un plan para colar a Sunghoon cada noche qué en sus deberes de matemáticas. Debería estar haciendo lo segundo, pero lo de Sunghoon aún que sonase mal, le interesaba más qué unas aburridas ecuaciones.

Sus padres se iban a dormir pronto, eso le ayudaba mucho. Y los mellizos tenían el sueño profundo, también le beneficiaba. Podía abrir la puerta sobre las diez y media y dejarle un par de horas para patinar mientras él se ocupaba de vigilar qué en casa todos siguieran soñando con los angelitos y acompañarle por último hasta la parada de autobús para irse a su casa. Puede que no le apeteciera nada quedarse despierto por la noche y encima con la inquietud de qué los pillasen a ambos, pero sentía aquel plan como un promesa. El callado y borde de Sunghoon había conseguido ponerle en un compromiso y él ni si quiera iba a conseguir nada a cambio. Desde luego Jake se consideraba un idiota por estar planeando aquel plan. Pero se sentiría muy culpable y mal de darle un no como respuesta. Aunque realmente fuese lo correcto y lo qué debía a hacer.

Era jueves y aunque había evitado responderle, Sunghoon había estado desde el lunes mirándole desde las sombras cómo un perro abandonado, suplicando con la mirada pero sin atreverse a preguntar. Eso le estaba matando. Sobre todo porqué no encontraba ningún momento en que ambos se quedaran a solas cómo para pararle los pies a Sunghoon y gritarle qué se dejara de tanta miradita, porqué no es qué Jake fuera el más discreto del mundo; estaba seguro de que sus amigos se acabarían dando cuenta de qué Sunghoon había vuelto a las andadas y no le apetecía volver a dar explicaciones.

Casi antes de la hora de comer se dijo a sí mismo que ya qué ahora eran amigos podía arrastrar a Sunghoon a cualquier esquina para hablar con él a solas sin que a los demás les resultara sospechoso. Así qué dicho y hecho, en el camino hacía la cafetería cogió a Sunghoon del brazo ralentizando el paso de los dos metiéndose en una clase con la puerta abierta pero qué Jake cerró tras de sí después.

Sunghoon lo miraba extrañado esperando a que hablara.

-¿Qué pasa?

- He hecho un plan. - le informó después de poner el pestillo en la puerta. - Puede qué no sea la mejor estrategia pero creo qué nos servirá.

-¿De qué plan hablas?

-Me pediste qué te dejara patinar en mi pista, ¿no?-dijo Jake de forma obvia. - Pues cómo qué mis padres no aprobaran la idea. Así que seguirás patinando ilegalmente pero con supervisión del dueño. Técnicamente no sería un crimen, creo yo. - Sunghoon asintió con la cabeza.

Aprovechando qué la pizarra les quedaba cerca, Jake se lo tomó enserio y empezó a dibujar un croquis a Sunghoon, qué se había sentado en una de las mesas para observar a Jake.

- Vale. Primero, tendrás que venir por ti mismo a mi casa. Seguro qué ya conocéis la línea de autobuses, y más tú que ya has venido aquí por tu cuenta. Así qué eso, tú llegas a mi casa. A las once menos diez o a las once estaría bien. Mis padres y mis hermanos se dormirán sobre las diez y media y a en punto ya estarán sopa. Qué será cuando yo te abriré la puerta principal.

Jake siguió durante toda la hora explicando con detalle y precisión su plan para qué a Sunghoon, qué lo miraba con mucha atención, le quedase bien claro. Después de varios dibujos malos hechos de Jake, algunas preguntas por parte de Sunghoon y cambios decisivos hechos entre los dos, el plan definitivo parecía ver la luz.

- ¿Entonces solo dos horas? Sé qué te estoy pidiendo mucho pero normalmente practicaba casi siete y...

- Practicabas en una pista olímpica y con entrenador olímpico, porqué eras olímpico. - aclaró - Pues cambio de categoría cambio de equipo. Ahora tienes la vieja y pequeña pista de mis padres y a mi como entrenador.