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No es que fuera porque había estado lloviendo todo el día, porque a él le gustaba la lluvia. No es que fuera porque tenía que estudiar mucho ese fin de semana, porqué llevaba estudiando desde que se confirmaron las fechas de los exámenes. Y tampoco es que fuera porque algo le había sentado mal, porqué no había tenido ni ánimos para desayunar ese día.

Heeseung estaba deprimido porque todavía no había aceptado que no iba a tener esa fiesta de cumpleaños con la que se había ilusionado los últimos días.

Los chicos le habían felicitado y abrazado nada más verle por el pasillo aquel día, consideró durante un segundo salir corriendo muerto de vergüenza cuando empezaron a cantarle cumpleaños feliz delante de todos. Seon también le esperaba, al llegar a la puerta de su clase un beso fue su primer regalo de cumpleaños. Su novio le prometió que algo más le esperaba pero que todo llegaría a su tiempo.

A la hora de la comida Youngbin y algunos chicos más de su clase se reunieron alrededor de su mesa al lado de la ventana para felicitarle con una palmadita en la espalda. Youngbin, con su habitual voz calmada, lo invitó a un pastelito relleno de fresa. Heeseung no se lo esperaba pero aún así le encantó, prometiéndole que lo disfrutaría. Aunque no lo probó nunca por falta de apetito.

Antes de empezar la última clase del día recibió varios mensajes de su madre y su pareja felicitándolo. Iría el fin de semana a Seúl a celebrarlo con ellos como siempre.

Como siempre..... Heeseung pensaba que ese año no sería como siempre.

No había ni pensado en que era su decimoctavo cumpleaños hasta que Jay lo mencionó el anterior día en clase. Para él era iba a ser un cumpleaños más. Pero sus amigos se habían venido arriba y habían removido algo dentro suya y sin venir a cuento empezó a imaginarse cómo sería una fiesta como la que tenían los demás. Con globos, serpentinas, mucha gente sonriéndole, tarta en sus mejillas, un regalo que otro y sobre todo unos padres a su espalda al momento de soplar las velas.

Sabía de sobra que ni por asomo le vería el pelo a su padre en esa fiesta que se estaba imaginando, pero empezó a pensar qué el protagonista de ese día al fin y al cabo era él, no su padre. No tenía porqué pensar en él todo el rato, ya había tenido suficiente. Exiliaría a su padre de sus pensamientos y vida por un día, por su día especial.

Así que desde que había aceptado la propuesta y aseguraba que pensaría lo de fiesta, Heeseung no había parado de imaginarse esa fiesta qué sus amigos pensaban en organizarle. Pero todo se vino abajo cuando le dijeron que no habían podido preparar nada. Empezó a sentirse muy estúpido por ilusionarse. Por lo que cuando llegó el día en concreto se sintió apenado de que al final del día no fuera a tener esa fiesta y fuera a ser todo como siempre. Al final él no era tan especial como para tener una.

Se despidió de los chicos dirigiéndose hacia casa por el mismo camino que tomaba todos los días mientras escuchaba música con los auriculares. No llegó a terminar Sorry I'm not Sorry de Monsta X cuando un abrazo por la espalda de alguien lo hizo sobresaltarse. Arrancó rápidamente los auriculares de sus orejas al asustarse. Seon no paraba de reír por la cara de susto que había conseguido provocar en Heeseung.

-¿Que coño haces? - rio después de tranquilizarse.- Casi me matas del susto.

- Lo siento.- Seon se limpiaba las lágrimas de risa mientras que se sujetaba el estomago. - Llevaba llamándote casi desde la entrada, pero no te girabas. Asustarte ha sido mi última opción.

Heeseung sonrió de lado.

- ¿Y......qué quieres?

- Te acompaño a casa.- Seon entrelazó su brazo con el de Heeseung alegremente. Este se puso nervioso.

𝒀𝒐𝒖 𝒂𝒓𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒓𝒆𝒂𝒔𝒐𝒏 ➢ jakehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora