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- ¿Puedes moverte un poco? Me estás aplastando.

- Esa era la idea.

- Pensaba que querías abrazarme.

- Eso también. - sonrió como un niño que conseguía siempre lo que quería.

Era domingo. Y después de hacer los horribles deberes de química decidieron seguir con su maratón de pelicular. Jake no había podido soportar más que Sunghoon no hubiese visto ni la mitad de las películas que como ser humano debía conocer. Según su discutible gusto cinematográfico, claro está . Así que cada vez que Sunghoon aparecía por la puerta y los mellizos no exigían toda su atención, que era casi nunca, lo obligaba a sentarse en el sofá para solucionar ese agujero de cultura audiovisual.

Esa tarde la selección se había visto manipulada por los dos jinetes del mal en lo que romanticismo se refería, Jungwon y Heeseung. Uno enamorado de las películas de amor, aunque no se esperase eso de él; y otro, pues, que era Heeseung. No había mas que explicar. Ósea que habían acabado viendo 27 vestidos. Otras habían sido peores, o eso querían creer ellos.

Sunghoon no molestaba a Jake a propósito, pero en ese momento la película estaba algo lenta. Así que era mejor opción molestar y acurrucarse un poco más junto a Jake.

- Tienes un morro que te lo pisas, que lo sepas. - se quejaba para que la sonrisa de su novio se enganchase. En realidad no le molestaba para nada.

- Pues no se que es peor. Porque te quejas pero me dejas tenerlo. - restregó su mejilla contra su brazo. A Jake le recorrió un sentimiento familiar.

- ¿Sabes? Esto me recuerda a algo.

- ¿A qué?

- A.......... - se le calentaron un poco las mejillas. - Bueno, no se si te acordarás. Estabas casi dormido.

- ¿Dormido? ¿De qué hablas?

- De...... Fue hace mucho en verdad. Una tontería, diría yo. - le daba un poco de vergüenza recordar que en aquel entonces él era quién tenía la iniciativa y ahora era más que el sumiso de la relación. De nuevo, no le molestaba. Pero se le subían los colores al recordar aquello.

- Bueno, pues recuérdamelo a ver si yo también creo que es una tontería.

Jake se arrepintió de haberlo mencionado. Tendría que habérselo guardado para sí mismo.

Gesticuló un poco viendo como podía salir de esa, pero la risa de Sunghoon llegó antes.

- ¿De que te ríes ahora?

- Es que me encanta jugar contigo.

- A mi no me encanta tanto, porque no entiendo el juego. - dijo confundido.

- Me acuerdo de esa noche en la playa, tonto.

Abrió los ojos como platos, balbuceando. Sunghoon se reincorporó un poco para tenerlo a su altura.

- ¿Cómo no iba a acordarme? - apoyó su barbilla en su rodilla. -Fue la noche que hicimos nuestro trato.

- ¿Nuestro- Es verdad, - sonrió, recordando aquello con ternura. - nuestro trato.

Habían pasado meses desde entonces. Pero sintió calidez en su pecho sabiendo que Sunghoon lo recordaba de la misma manera que él. E incluso seguro que el tampoco podía esperarse en ese momento en que se dieron la mano que después todo cambiaría. Todo cambiaría entre ellos.

- Pensándolo ahora, creo que en verdad si que fui un borde. - reconoció Sunghoon con una mueca. Jake alzó una ceja. - Al menos lo he reconocido tarde, ¿no? Mejor tarde que nunca, eso dicen.

𝒀𝒐𝒖 𝒂𝒓𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒓𝒆𝒂𝒔𝒐𝒏 ➢ jakehoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora