La noche por fin había caído sobre el pequeño pueblo costero que esa noche con sus brillantes luces celebraba la Navidad, cuando la familia Shim junto a Sunghoon terminaron de cenar.
Este nunca había visto tanta comida junta, y no se creyó que había disfrutado de ella hasta que el estomago empezó a molestarle. Pero no podía dejar de llenar su plato de tan delicioso manjar que los señores Shim habían preparado con tanto cariño para la ocasión. Tanto su madre como entrenadora se arrancarían la melena si vieran todas las grasas que su aclamado patinador ingería esa noche, pero prefirió ignorar lo que su mente se imaginaba y hacer caso a lo que le apetecía hacer en ese momento. Que era comer sin sentirse culpable junto a la familia.
Después de ayudar a recoger la mesa, sacó de su mochila los regalos de los mellizos. Quiénes lo abrazaron nada más recibirlos, agradecidos y felices de aquel detalle. El señor y señora Shim le dijeron que no tendría que haberse molestado, pero Sunghoon negó enseguida al ver las sonrisas de los pequeños de la casa mientras desenvolvían sus regalos. No era mentira, sentía a aquellos dos niños como sus queridos hermanos pequeños. No era solo el compromiso de que se tratase de la familia del chico que le gustaba, sentía a la familia Shim como su familia. Así que no veía la razón por la que no demostrarles su gratitud y cariño, aunque de momento fuese en forma de algo material.
De su mochila, que había aguantado abultada todo la tarde impaciente por vaciarse, sacó un último regalo. Uno que dejó sobre el regazo de un despistado Jake que ayudaba a Miranda a colocarse bien la diadema que Sunghoon le había regalado. Este cuando notó aquel peso sobre sí mismo lo miró extrañado.
- Es para ti. - aguantó una sonrisa emocionada.
- No tenías que haberme comprado nada. - dijo sin tocar el regalo sobre sus rodillas. Quiso no sonar demasiado duro frente a sus padres que los miraban casi con palomitas. Estaba seguro de que su para nada entrometida madre ya habría dejado caer el tema de sus sentimientos hacia Sunghoon en alguna cena con su padre, porque este lo miraba de la misma manera que su madre.
- Tú calla y ábrelo. - insistió Sunghoon ignorando el mal humor que Jake tenía siempre que gastaban dinero en él. Cogió el regalo y lo puso ahora en sus manos para forzarle a que lo abriera.
Sus padres, hermanos, abuelo y Sunghoon lo observaban impacientes. Así que por presión popular rompió el papel rojo que envolvía el presente.
Rebelando así una caja de zapatos negra y aparentemente cara, pues su madre se llevó la mano a la boca impresionada al reconocer la marca. Jake, que ignoraba el hecho de que fuera lo que fuese que contenía la caja costaría seguramente más que todo su armario junto, abrió la caja. Encontrándose con unos brillantes y preciosos botines negros que provocaron asombro en toda la familia. Jake quiso cerrar la caja en cuanto la abrió, pero su madre fue más rápida en coger uno de los botines y examinarlo junto a su marido en el aire.
- Dios, Sunghoon. ¡Son preciosos!
- Y seguramente muy caros. - obvió su hijo desde el sillón. Su madre le chistó.
- Primero se dan las gracias, Jaeyun.
- Sí, ¿porqué no me das las gracias por mi regalo, Jaeyun?- Sunghoon imitó como su madre había pronunciado su nombre. Jake fruncía el ceño.
- Gracias. - dijo a regañadientes. - ¿Pero acaso piensas que es un regalo funcional?
- ¿Qué? ¿Porqué?
- ¿Voy mucho a eventos importantes como para que tenga que usar esto?- levantó la bota que quedaba, escéptico. Sunghoon rodó los ojos y se acercó a él. Otra vez se quedaba a milímetros de él. < Justo delante de mis padres no, joder.> pensó Jake en su cabeza echándose levemente para atrás. Sunghoon peinó un poco su flequillo, separándolo dejando al descubierto levemente su frente. Arregló el desaliñado jersey que llevaba colocándole bien el cuello. Le quitó las zapatillas de ir por casa sustituyéndolas por los botines y le pidió que se levantase teniéndole la mano hincando rodilla como si de la cenicienta se tratase. Jake quería matarlo por la escenita que estaba montando delante de su familia.
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𝒀𝒐𝒖 𝒂𝒓𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒓𝒆𝒂𝒔𝒐𝒏 ➢ jakehoon
Fanfiction『 𝒀𝒐𝒖 𝒂𝒓𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒓𝒆𝒂𝒔𝒐𝒏 』 Jake ayuda todos los días a sus padres con el negocio, la única pista de hielo del pequeño pueblo costero donde vive. Lo gracioso es que él ni si quiera sabe patinar. Una noche, mientras limpia los pasillos oy...