- ¡¡¡SEÑORAAA, OTRA BOTELLA DE SOJUUU!!
- Yudai Koga no me hagas llamar a tu madre para que venga a decirte que esta no es una buena idea y de paso darte una colleja.
- Déjame en paz, Kim Hesung.
- Con todas las veces que utilizas mi nombre para reñirme y te olvidas de él. ¡¡¡SOY LEE HEESEUNG!!
Había sido él quién lo había animado a beber después de estudiar en la biblioteca para que se relajase y utilizar la dosis de valentía que siempre aseguraba el alcohol coreano para que el tímido de su amigo abriese la bocaza con lo que fuese que le preocupaba. Porque K era bailarín, no actor. Se le veía de lejos que su expresión estreñida y caída escondía algo, pero su amigo del sol naciente era tan idiota como para tragárselo todo y no decir nada.
Heeseung por su puesto no le dejaría salirse con la suya. Esa noche el soju y cerveza no dejarían de llegar hasta que hablase o bien su hígado explotase. En verdad le daba bastante rabia tener que recurrir a esa vía. Había intentado por todas las indirectas y directas sonsacarle algo pero este era tan duro de pelar que comenzó a él mismo a dolerle la cabeza, por K y porque había tenido que sumarse inevitablemente a la alegría del beber si quería que su maniobra funcionase.
Tampoco es que le hiciese gracia tener beber de esa manera.
Desde conocer de la boca de su padre que a su alcoholismo lo había acompañado todos estos años una depresión aguda, su relación con el alcohol estaba un poco tensa. Se replanteaba las cosas más bien. Siempre había sido un poco así aunque se esforzarse en gritar a los cuatro vientos que quería emborracharse estando con sus amigos. Entender que ese tipo de conductas no hacían más que esconder su miedo a acabar como su padre, a encontrar en el alcohol esa escapatoria que hacia de su padre el monstruo que tanto temió. Recordar lo perdido que se sentía ante algo que aun no le tocaba probar hizo que se le revolviese un poco el estómago y que se sintiese mal por no saber consolar o ayudar a su amigo como este necesitaba. A veces pensaba que no era tan buen amigo como decían.
Cuando otra deliciosa y peligrosa botella se unió a sus hermanas vacías, Heeseung comenzó a temer por la salud de su amigo y por la mala moral de la que quiso desprenderse en ese instante. Lo vio abrirla y tambalearse nada más para buscar el vasito delante suya, viéndose en la obligación de hacer algo quitándole la botella de las manos.
- No bebas más, K. Por favor. - pidió, K con el brazo estirado tratando de alcanzar la botella a menos de 1 centímetro suyo lo miraba con el ceño fruncido. Iba camino de estar bastante borracho ya que no podía ni calcular esa minúscula distancia como para recuperar el soju que Heeseung sostenía. Recibió de él solo un gruñido. - Lo hago por tu bien, ¿sabes? Sé que no tengo fama de ser el más sobrio de todos, -en su boca aquello sonó muy amargo. - pero hasta yo sé lo que puede hacerte esto mañana. ¿Sabes lo que es la resaca, verdad?
- Lo sé. No soy ningún niño. - hipó su amigo sin mirarle directamente. - Y por eso mismo quiero que me la des. ¡Dámela!
Heeseung la movió más lejos de él.
- ¡No! ¡K, hablo enserio! - gritó enfurecido, con él y con la versión de sí mismo que hubiese querido hacer lo mismo con su padre. Sin demasiado éxito.- No sé qué diablos te ocurre, pero esta no es la manera de llorar tus penas. Te acabarás haciendo más daño del que quieres evitar.
- Tú seguro que haces lo mismo. - se excusó sonándose la nariz con su muñeca. Heeseung repudió una mueca de asco, sintió pena por él. - ¡Y has querido que yo también lo hiciese! ¡Sino no hubieses insistido tanto en salir a beber!
- Yo no bebo hasta no saberme ni el nombre de mis amigos.- K resopló ignorándole. - Si bebo es para conseguir esa valentía para decir las cosas que no me atrevo normalmente. - consiguió que los oscuros ojos del japonés le prestasen un poco de atención. - Y creo que es lo que tú querías conseguir bebiéndote todo el puto soju de este sitio. - le echó en cara señalando al ejército de botellas sobre su mesa. K comenzó a ponerse rojo, si no lo estaba ya, de la vergüenza. En su blanca piel el rubor resaltaba mucho más y no tuvo más escapatoria.
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𝒀𝒐𝒖 𝒂𝒓𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒓𝒆𝒂𝒔𝒐𝒏 ➢ jakehoon
Fanfiction『 𝒀𝒐𝒖 𝒂𝒓𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒓𝒆𝒂𝒔𝒐𝒏 』 Jake ayuda todos los días a sus padres con el negocio, la única pista de hielo del pequeño pueblo costero donde vive. Lo gracioso es que él ni si quiera sabe patinar. Una noche, mientras limpia los pasillos oy...