Un pitido masacraba sus oídos mientras que sentía que en cualquier momento caería al suelo de la rapidez con la que sus piernas lo habían llevado hasta urgencias del hospital.
El conductor del autobús se bajó a socorrerle cuando lo vio caer al suelo por la conmoción que supuso oír lo que la enfermera dijo por teléfono.
"- Park Sunghoon ha tenido un accidente"
"- Park Sunghoon ha tenido un accidente"
"- Park Sunghoon ha tenido un accidente"
"- Park Sunghoon ha tenido un accidente"
"- Park Sunghoon ha tenido un accidente"
"- Park Sunghoon ha tenido un accidente"
No cesó de oír en su cabeza durante unos instantes.
Consiguieron espabilarle entre varios pasajeros, preguntándole después que qué le había pasado y si estaba bien. Pero definitivamente que Jake nunca podría estar bien con lo que acababa de escuchar, así que entre gritos y sofocos pidió que lo llevasen al hospital lo más rápido posible.
Su pecho dolió al apoyarse con prisa sobre el mostrador cuando por fin llegó a dicho hospital y preguntaba con ansia por sus hermanos y Sunghoon. A tropezones y sintiendo qué el corazón le saldría por la garganta esperó a que la sorprendida recepcionista hablase. Esta estiró un poco el cuello hacia una zona de camillas a su derecha con la intención posterior de indicarle que allí estaba a quien buscaba, pero a Jake le faltó tiempo para salir corriendo hacia donde le señalaba.
Esquivó a pacientes y demás personas qué iban y venían para buscar entre esas camas a sus niños. A sus queridos niños.
Sus pupilas nubladas por las lágrimas de ansiedad viajaron de un lado para otro sin descanso, deteniéndose entonces sobre una. Una donde Miranda y Cristopher descansaban recostados con la mirada pérdida. Pero cuando los niños vieron a su hermano allí plantado sus caritas volvieron a llenarse de alegría. Cuando sus brazos rodearon los cuerpecitos de sus hermanos las lágrimas de alivio rodaron por sus mejillas mientras los apretaba hacia él con fuerza.
"- Están bien. Están bien. Están bien. Están bien. Están bien. "- se repitió a si mismo acariciando sus cabecitas sin querer soltarlos nunca ahora que los tenía junto a él.
- Dios, qué alegría de qué estéis bien. - susurró separándose después de ellos, mirándolos a ambos. Unas pequeñas tiritas decoraban sus rostros, algo intranquilos todavía, pero parecían estar bien. Jake lo comprobó dándoles un repaso rápido y preocupado a cada niño.- ¿Os duele algo?¿Os habéis hecho daño?
Miranda negó, agarradita a la mano de su hermano que aún temblaba un poco. Christopher hizo lo mismo después. Su hermano mayor acarició su brazo para calmarle.
Al calmarse él mismo sabiendo que sus hermanos estaban bien solo pudo pensar entonces en la persona qué faltaba.
- ¿Y Sung-
Su hermano pequeño entendió a que se refería incluso antes de intentar preguntar por Sunghoon, levantando su dedo hacia una camilla más alejada de ellos.
Jake tuvo miedo por un segundo de girar la cabeza. Pero siguió con la mirada la indicación de su hermano hasta esa camilla. La camilla dónde el cuerpo inerte de Sunghoon parecía haber perdido toda su energía. Toda su.... vida.
No fue consciente de cómo sus pies se movieron hacia la camilla, pero acabó a su lado. Acabó levantando su propio brazo para acariciar el rostro del chico tendido allí y qué estaba tanto pálido cómo inmóvil. Las palabras se quedaron atascadas en su pecho, haciendo que este le pesase y solo pudiese balbucear y llorar. Comenzó a sollozar nada más verlo allí tirado.
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𝒀𝒐𝒖 𝒂𝒓𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒓𝒆𝒂𝒔𝒐𝒏 ➢ jakehoon
Fanfiction『 𝒀𝒐𝒖 𝒂𝒓𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒓𝒆𝒂𝒔𝒐𝒏 』 Jake ayuda todos los días a sus padres con el negocio, la única pista de hielo del pequeño pueblo costero donde vive. Lo gracioso es que él ni si quiera sabe patinar. Una noche, mientras limpia los pasillos oy...