Sunghoon durmió durante lo que quedaba de jornada escolar.
Al desmayarse lo llevaron enseguida a la enfermería donde, presintiendo que se despertaría igual de alterado que cuando había caído sucumbido al shock, le dieron enseguida algo para que se calmase.
Eso mismo ocasionó que no llegase a despedirse de Jay. De quien no quedó ningún rastro en el pequeño habitáculo donde ambos habían convivido durante los últimos meses.
No quedaba nada. Nada de Jay.
Esperó con el corazón en la garganta, la que estaba completamente seca de tanto llorar, encontrarlo en el sofá como cada noche cuando por fin pudo regresar a casa. Pero no. No estaba allí.
Todo estaba vacío.
Gritó su nombre sacando fuerzas de las entrañas calcinadas de su cuerpo, suplicando que apareciese. Necesitaba que apareciese.
Sunghoon rebuscó en el armario, cajones y cama completamente desesperado. Buscando cualquier cosa que pudiese haber dejado olvidado.
Pero parecía que lo único abandonado era él.
Jake, que lo había seguido desde que había recuperado el conocimiento en el instituto hasta su apartamento, lo abrazó con pesar cuando volvió a romper a llorar dejándose caer en la cama de Jay. El llanto de Sunghoon era desgarrador.
A pesar de que pasó un buen rato llorando, y lo peor de todo era que seguia sin tener claro el porque de sus duras lagrimas, acabó por vaciarse por completo cuando el cielo se tornó negro. Quedándose completamente dormido. Más bien, derrotado. Jake no se separó de su lado en toda la noche.
Por la mañana, Jake no tuvo claro cómo afrontar a Sunghoon cuando despertase. Optó por hacerle el desayuno para asegurarse de que comiese algo adelantando como serían los días venideros.
Pero nada pudo prepararlo para aquello.
- Vete.
Se quedó estático frente a la mesa, que casi estaba puesta por completo con lo que había cocinado para ambos.
Sunghoon había aparecido dejando que aquella palabra que pronunció con voz ronca y clara, provocándole a Jake escalofríos. Con los ojos cansados e hinchados Sunghoon no se apartó del marco de la puerta para hablar. Acababa de despertar pero estaba claro que el malestar tardaría bastante en abandonar su cuerpo.
- Vete, por favor. - volvió a decir con la voz rasposa. - Quiero estar solo.
Lo último que escuchó por parte de Sunghoon durante los días posteriores fue el portazo siguiente a esa cruda palabra. Esa palabra que obligó a Jake a, confundido y dolido, hacer eso mismo. Marcharse. Solo que cuando abandonó el piso no tenía ni idea de que tardaría más de lo que pensaba en volver.
Conocía a Sunghoon, pero nunca lo había visto tan perdido y afectado.
Le daba miedo cada palabra o acto que pudiese hacer y qué efecto pudiese tener en él. Teniendo pánico de romperlo aún más, pues Sunghoon estaba roto en mil pedazos.
No sabía si dejarlo solo era la mejor opción. Pero por el momento, si eso era lo que él quería, así sería. También porque él también estaba tocado por lo que había pasado. Aunque Jay fuese el mejor amigo de Sunghoon y ambos tuviesen tanta historia a sus espaldas, el chico de rudo rostro pero animada sonrisa se había convertido en un gran amigo para el grupo y estaba seguro de que los próximos días iban a ser bastante incómodos y decaídos para todos. Aquello era un sinvivir.
Ante la ausencia, demasiado precipitada de Jay, K hizo preguntas. Siendo el único que no había presenciado el incidente en el pasillo. Explicarle a K lo que había ocurrido fue demasiado duro debido a que nadie sabía realmente lo que había pasado. El japonés no dio crédito a lo que oyó. Ni él ni nadie. Y Jake sabía que en el fondo ni el propio Sunghoon supo ni antes ni ahora lo que ocurrió en ese encuentro tan violento con Jay.
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𝒀𝒐𝒖 𝒂𝒓𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒓𝒆𝒂𝒔𝒐𝒏 ➢ jakehoon
Fanfiction『 𝒀𝒐𝒖 𝒂𝒓𝒆 𝒕𝒉𝒆 𝒓𝒆𝒂𝒔𝒐𝒏 』 Jake ayuda todos los días a sus padres con el negocio, la única pista de hielo del pequeño pueblo costero donde vive. Lo gracioso es que él ni si quiera sabe patinar. Una noche, mientras limpia los pasillos oy...