CAPÍTULO 2 ATAQUE

3.9K 499 16
                                    

Gustavo lo miró fijamente, sin mostrar ningún asomo de temor.

¿Porque carajos haces esto? - exclamó con exasperación sin dejar de apuntar su arma. Él no le quitaba la vista de encima, no había temor en ella, tampoco suplicaba, era un hombre valiente... Como él, no podía asesinarlo a sangre fría, no podía, no era su estilo, pero corría el riesgo de terminar en la horca si lo dejaba con vida. De nuevo intentó jalar del gatillo, <<su vida estaba en riesgo>> se dijo. <<él siempre sería una amenaza>>

Gustavo lo miraba, se daba cuenta de la lucha que se desataba en su interior. Su instinto le decía, que no era un hombre malo y pocas veces se equivocaba. Quizás las circunstancias lo habían llevado hasta ahí, solo necesitaba una oportunidad para cambiar de rumbo y él se la estaba dando, la cuestión era si la aceptaría.

_ ¡Maldición! - escuchó que exclamó bajando el arma. _Mi nombre es Roberth... - dudó. _Roberth Hunter. Dame una maldita razón por la que deba dejarte ir.

_ Porque puedo ayudarte.

_ Nadie puede hacerlo, no puedes salvarme de mi mismo.

_ No, no puedo salvarte de ti mismo, pero tú puedes intentarlo, yo solo te doy una oportunidad de que empieces a cambiar de vida.

_ ¿Por qué?... ¿Por qué haces esto? ¿Porque confiar en mí? ¿Cómo sabes que no te traicionaré?

_ Lo sé. - lo miró a los ojos. _ ¿Sabes por qué?, porque tu intención fue matarme.

Él lo miró sorprendido.

_ ¿Confías en mi porque intenté matarte?

_ Si, - contestó Gustavo. _si fueras un delincuente como quieres hacer creer, hubieras tratado de sacar provecho de la situación. Sabes quién soy, sabes que tengo dinero y poder, nunca me pediste ayuda para poder escapar, que lo puedo hacer con mis influencias, no me pediste dinero, ni siquiera te llamó la atención revisar mi cartera, pudiste robar mis pertenencias, mi reloj, mi dinero, mis tarjetas de crédito, incluso la camioneta, pudiste intentar pedir rescate por mí y seguiría con la lista, pero tu solo piensas en matarme para que no te delate, eso es todo.

El bajó la cabeza derrotado, ese hombre tenía razón, dejó el arma a un lado y bajó de la camioneta. Gustavo no lo siguió. Sólo miró como se detenía a un lado de ésta y se llevaba las manos al rostro tratando de despabilarse.

Roberth se sentía cansado, física y emocionalmente, no estaba acostumbrado a esto, nunca nadie le tendía la mano, las únicas personas que lo habían hecho estaban muertas y él se lamentaba por no haber podido evitarlo, porque de no haberlo ayudado, aún estarían con vida?

Miró a Gustavo. Se preguntó si no lo estaría exponiendo si aceptaba su oferta. No quería otra muerte sobre sus hombros, precisamente venía de ponerle fin a la vida de los hombres que habían asesinado a la pareja, que lo había acogido como si fuera su hijo, no quería más, no lo soportaría.

Sin pensarlo empezó a alejarse de ahí. No se quedaría, no expondría al hombre que le salvó la vida

Gustavo miró como ese hombre se alejaba y desaparecía de su vista. Miró el arma que había dejado en el asiento, la tomó, la guardó y emprendió la marcha hacia el complejo. Había fracasado en su intento por buscar a alguien que lo auxiliara en la seguridad de su empresa y la obra que tenía en construcción y por poco pierde la vida en su afán de conseguirlo, eran ya varios los intentos de sabotear las obras que se llevaban a cabo, varios de sus trabajadores habían sufrido ataques clandestinos y él tenía varias amenazas en su contra, instándolo a parar la obra y dejar las cosas como estaban.

Él no era de los, que se rendían fácilmente, pero empezaba a pensar que quizás ésta fuera su primera vez.

*****
Era media noche Gustavo despertó sobresaltado, se escuchaban disparos y gritos, con rapidez se incorporó, pero no tuvo tiempo de actuar. Tres hombres apuntaban sus armas a él, mientras un cuarto vigilaba desde fuera.

A empujones y con malas palabras lo sacaron de su habitación, lo trasladaron hacia un área al aire libre, en donde ya tenían reunidos y sometidos a los pocos hombres que a esa hora vigilaban la obra en construcción, nadie quería trabajar ya para él, por la ola de ataques que se habían presentado contra la gente que ahí laboraba.

Consternado miró los rostros asustados de sus trabajadores, también se encontraba su amigo Omar Zidan, quien le había pedido iniciar esa obra en ese lugar, lo tenían aparte, de rodilla y varios hombres apuntando hacia él, hasta ahí lo condujeron y de un golpe lo obligaron a arrodillarse junto a él.

_ ¿Estás bien? - preguntó a su amigo.

Éste no alcanzó a contestar porque Gustavo fue silenciado con un golpe en el estómago que lo dobló de dolor.

_ Nadie te dio permiso de hablar
-gritó el hombre que lo golpeó.

Gustavo no lo intentó de nuevo, sólo observó el temor y la culpabilidad que se reflejaban en el rostro de Omar.

No supo cuánto tiempo los tuvieron ahí, pero escuchaba lo que estaban haciendo, el complejo estaba siendo destruido.

Le pareció que pasaba una eternidad, cuando varios hombres se acercaron hacia donde ellos se encontraban.

_ Así que tú eres el hombre que me ha estado fastidiando la vida. - dijo uno de ellos mirándolo con altanería y asestando un fuerte golpe en el rostro de Gustavo. _ te advertí que dejaras las cosas como estaban y te marcharas, por tu necedad he perdido mucho y ahora, aunque quieras dejarlo no va a ser posible, ya es tarde para ti y los idiotas que se quedaron contigo.

Diciendo esto dio la media vuelta y se marchó, había, dictado su sentencia y la gente se empezó a movilizar.

_ Te convenía haber dejado las cosas como estaban. - dijo el hombre que dirigía a los demás. _ ahora tendré que deshacerme de ustedes, nunca nadie sabrá que sucedió, cuando los encuentren, si es que lo hacen, ustedes se habrán convertido en cenizas. - los obligaron a incorporarse y caminar hacia una parte del complejo que ya estaba en llamas.

Ahí se encontraban ya, los ocho hombres que esa noche estaban en el complejo turístico, sabían lo que les esperaba y sus rostros lo reflejaban, Gustavo trató de infundirles valor al no demostrar temor a esa gente, no sabía cómo, pero tenía que librarlos de esto.

Miro como varios hombres se acercaron a ellos con sus armas listas para disparar, seguramente les dispararían y luego los arrojarían al fuego. Era un plan perfecto, lo harían pasar como un accidente, como si ellos hubiesen perdido la vida al intentar sofocar el incendio, Gustavo miró la estructura, las llamas eran tan intensas que estaba por venirse abajo, muy astuto, porque a nadie le sorprendería, que se acercaran tratando de controlar el incendio y el edificio se les viniera encima, con los cuerpos calcinados nadie sabría jamás de que habían muerto, sobre todo si quien los estaba mandando asesinar era alguien tan importante dentro de la política de ese país.

La gente jamás pondría en duda el reporte que ellos diesen y ahí terminaría todo para su equipo, la gente volvería a su rutina, sometidos de nuevo a la explotación de que eran objeto y ellos junto con su proyecto pasarían a la historia.

CORAZÓN ATORMENTADO. No.8️⃣/SERIE HOMBRES DE LA SIERRA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora