CAPÍTULO 19 RESCATE EXITOSO

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Lidia había dejado de llorar, ahora veía la carretera con resignación, no quería luchar y no tenía caso hacerlo, hiciera lo que hiciera perdería irremediablemente, así que procuraría no oponer resistencia, quizás la trataran menos mal y todo terminara más rápido.

Algo a un lago de la carretera llamo su atención. Era un hombre con una motocicleta a un costado del camino, al parecer tenía una avería, probablemente esperaba que alguien lo ayudara, ella sintió lástima, estaba segura de que no serían ellos quienes lo socorrieran, y efectivamente pasaron de largo a su lado.

El hombre que manejaba miro como ese hombre de la moto los rebasaba por segunda ocasión, lo había visto hacia unos minutos a un lado del camino, revisando su moto, seguramente un desperfecto, pero por lo visto ya había encontrado y reparado la falla. Pensó que iba demasiado rápido, sobre todo porque unos metros más adelante empezaba un tramo de carretera lleno de curvas, pero a él no le importaba si quería matarse, que se matara, él tenía cosas más importantes en que pensar.

Las curvas le estaban pareciendo interminables, cuando de nuevo miró al hombre de la moto parado a un lado del camino, estaba inclinado sobre ella revisando algo, el paso sin prestar más atención.

Estaba a punto de salir del área de las curvas cuando de nuevo escuchó la moto, ésta pasó a su lado a gran velocidad.

De pronto miro con sorpresa como justo delante de ellos el hombre empezaba a perder el control y la moto derrapaba cayendo de costado.

Lidia también observo la escena no porque estuviera prestando atención, sino porque el frenón que dio la camioneta la puso en alerta, miro como la moto derrapaba y caía junto con el hombre, luego metros más adelante la moto salía disparada para un lado y él para otro, quedando ambos ocupando ambos carriles de la carretera, él no daba señales de vida, permanecía inerte sobre la carretera.

Observo como el hombre que manejaba bajaba del vehículo, obviamente sus intenciones no eran ayudar, tenía que despejar el camino y si eso implicaba asesinar estaba segura de que lo haría, porque llevaba su arma en la mano.

*****
Roberth había acelerado en el último momento, sabía lo que tenía que hacer a continuación, lo había hecho tantas veces en el pasado, sintió cuando ambos tocaron el pavimento, él y la moto, luego la soltó, sabia la velocidad y el momento en que ambos pararían y dejarían de ser arrastrados por la inercia del movimiento.

Cuando pararon de moverse él se quedó estático escuchando y esperando, supo sin ver el momento en que el hombre bajó de su camioneta, escucho sus pasos acercándose, sabía que no pretendía ayudar, si no deshacerse del estorbo del camino, no estaba seguro si se dirigía hacia él o hacia la motocicleta, pero daba lo mismo, había alcanzado a percibir que traía su pistola en mano, quizás eso complicaría las cosas sin embargo él contaba con el factor sorpresa.

Cuando el hombre estuvo prácticamente junto a él, en lugar de revisar si se encontraba bien o con vida, solo apuntó su arma hacia él.

Lidia miraba la escena, el hombre del piso parecía estar sin vida y no obstante el otro hombre levantó su arma apuntando a su pecho, ella no fue capaz de ver más y agacho la cabeza tapándose los ojos, pero no pudo evitar escuchar el sonido del disparo.

Asustada e impresionada se abrazó a sí misma, llorando de nuevo. Ese hombre era un verdadero monstruo.
Una vez más se sintió perdida. Escucho como regresaba a la camioneta, estaba aterrorizada y no quería verlo, no se movió de su posición.

De pronto sintió como la puerta de su lado se abría y unos brazos la tomaban y la cargaban, ella dio un grito de angustia, iba a luchar, pero no tenía caso, de cualquier forma, ese hombre la mataría. Solo se dejó llevar. Sintió como avanzaron varios pasos y luego se detuvieron.

Ella abrió sus ojos cuando escucho una voz conocida.

_ Ahora todo estará bien. - escucho la voz de Roberth que se había sentado sobre la moto que ya estaba de pie como si momentos antes no hubiese derrapado sobre el pavimento, él la seguía sosteniendo sobre sus brazos y ella rompió en llanto, nunca en su vida se había sentido tan Asustada y tan segura al mismo tiempo, él había hecho todo eso por ella, había arriesgado aún su vida para rescatarla.

El sólo la abrazaba.

Después de un rato y cuando ella, se hubo desahogado, el procedió a colocarle un casco, no la soltó en ningún momento y así en sus brazos hecho a andar la moto después de acomodarla en una posición más cómoda para ella, él sabía que estaba debilitada y tenía que tener cuidado, pero era lo que tenía en ese momento y tenían que salir de ahí antes de que alguien pasara por el lugar.

Lidia se acurrucó sobre el pecho de él, abrazada a su cuerpo como si de eso dependiera su vida y en este caso así era, se dio cuenta de que daban la vuelta y regresaban por donde habían venido. También se dio cuenta de que él sutilmente le había impedido ver el cadáver del hombre que momentos antes la mantenía secuestrada, ahora él y su camioneta quedaban atrás. Había escuchado cómo Roberth daba instrucciones a sus hombres para que retiraran la camioneta y el cuerpo del camino. Luego emprendieron el regreso en silencio.

*****
Lidia sintió cuando la moto detuvo su marcha y sintió cuando él la separó con cuidado de su lado, abrió sus ojos y había varios hombres a su alrededor, Roberth la tomo en sus brazos y entró con ella al interior de una camioneta, pensó que la dejaría ahí y saldría, pero no lo hizo, la acomodo en el asiento y luego se posicionó junto a ella, abrazándola de nuevo, ella no protesto.

Sintió cuando la camioneta se puso en marcha y avanzó. Ella se dejó llevar por el sueño y el cansancio, por fin se sentía segura. Cerro sus ojos y se quedó dormida.

Roberth la miraba con el corazón enternecido, si de él dependiera ella no sufriría más.

CORAZÓN ATORMENTADO. No.8️⃣/SERIE HOMBRES DE LA SIERRA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora