CAPÍTULO 52 PROMÉTEMELO

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Como lo prometí aquí les dejo el 3er. Capítulo de 3. Y terminamos con el maratón. Mi deseo es que lo disfruten agradeciendo sus votos y comentarios. Gracias por el apoyo que me dan. Bendiciones.

Roberth no supo cuánto tiempo había transcurrido, ni si los demás habían descansado, sólo sabía que después de su confesión, había logrado dormir en paz abrazando al amor de su vida, su tabla de salvación. La respiración de ella aún era acompasada, pensó en dejarla descansar, pero de pronto se escuchó un gran estallido, todo a su alrededor se sacudió, los maderos que sostenían la estructura, crujieron de modo aterrador, pero todo siguió de pie, el estallido había sido en un área alejada de ellos.

Todos, se incorporaron asustados, Lidia había intentado ponerse de pie, pero él la había aprisionado entre sus brazos, haciéndola sentir segura, David se había puesto en alerta, mientras que Tomás apenas si había levantado la cabeza, para volver a su posición inicial, agotado por el esfuerzo.

Roberth hubiese deseado quedarse ahí y esperar, estaba seguro de que su gente y sus amigos ya estaban haciendo algo por encontrarlos, pero también sabía, que quedarse era peligroso, no sabía en dónde más habían colocado explosivos y por lo visto seguirían detonándolos, quizás estuvieran programados para ser detonado cada cierto tiempo, así que no podían quedarse a esperar, tenían que buscar una salida.

Iba a dar la orden de seguir, cuando algo llamó su atención, era un animal pequeño, un insecto, volaba a su alrededor, era una especie de escarabajo, pero... ¿qué hacía ahí adentro? Un animal de esos no sobreviviría ahí, no era su ambiente, de pronto se acercó a él más de lo debido, por instinto iba a alejarlo con un manotazo, pero se contuvo, escuchó el sonido peculiar... No era posible... Era James, tenía que ser él, con delicadeza tomó al insecto entre sus manos, estaba en lo cierto, era un dron, con cuidado tomó un diminuto sistema de comunicacion, que venía acoplado a el, lo colocó en su oído y escuchó perfectamente la voz de James, estaba eufórico por haberlo encontrado con vida. Luego de celebrarlo ellos también, Roberth se abocó a lo principal, buscar la forma de salir de ahí.

_ Todos están vueltos locos. - confirmó James. _ no saben si están vivos, ni cuántos son.

_ Somos cuatro. - dijo Roberth. - tenemos un herido que necesita atención médica, los demás estamos bien, pero no quiero que les digas aun que estamos con vida. - pidió.

_ ¿Estás loco? - grito James fuera de sí.

_ Nuestra, situación es muy precaria. - dijo Roberth, quizás no lo logremos, este lugar se nos puede venir encima en cualquier momento, no quiero que tengan falsas esperanzas, si lo logramos, que bien y si no, al menos ya lo esperaban.

_ No estoy de acuerdo, pero tú mandas. - dijo resignado. _ por lo pronto ya tengo una idea de por dónde están y por donde podemos empezar, lamentablemente no existe ninguna salida, tendremos, que hacer una y tengo ubicado el lugar. Claro que, esto llevará tiempo y es riesgoso porque como dices tú, ese lugar no es seguro, es muy viejo, todo ahí se encuentra mal, aunado con las explosiones, eso solo es una bomba de tiempo, pero los sacaremos. - trató de darles ánimo, los guiaré a ustedes ahí dentro para que se acerquen al lugar de rescate y les indicaré aquí afuera cuál es el lugar por donde pueden empezar, lo demás lo harán ellos que son los expertos.

_ Gracias James. - dijo de corazón. _ si no salimos de esta quiero que sepas que eres el mejor, y que fue un privilegio trabajar contigo.

_ ¡Basta! - se escuchó su voz alterada. _ eso me lo vas a decir, pero cara a cara. Ya lo verás.

_ No me daría más gusto que poder hacerlo. - sonrió animado. - por primera vez desde que estaban ahí, tenían posibilidades reales de salir.

*****
Las horas pasaban, el avance se hacía cada vez más difícil, lo que en otras circunstancias se hubiese recorrido en una o dos horas a ellos les estaba llevando muchas más, Tomás ya no podía moverse, David lo llevaba casi en peso ayudado en ratos por Lidia aunque Roberth se opusiera y en ratos por él mismo aunque sus fuerzas también estaban al límite.

Por fin llegaron a una pequeña bóveda, era ligeramente más amplia que el túnel por el que habían estado transitando, James seguía en comunicación, desde fuera las obras para abrir una salida ya estaban en marcha, y era para ellos un gran alivio saberlo, cuando menos sus esfuerzos por mantenerse con vida valían la pena.

Roberh dejó que David lo ayudara a depositar a Tomás sobre el piso, después de haberlo ayudado en el último tramo, luego se dejó caer junto a él exhausto, mientras David buscaba un lugar, encontrándolo cerca de Lidia quien les había dado su espacio a ellos.

_ Ya... no puedo... más... - dijo Tomás con voz ahogada. _ no lo lograré.

_ Falta tan poco. - lo miró Roberth. _ no puedes darte por vencido ahora.

_ Tu estas casi como yo. - dijo en un susurro. _ y estas malgastando tus energías en mí. Mi vida no vale nada. Ya déjame aquí, solo te pido un favor.

_ ¡No te voy a dejar! - dijo Roberth molesto al verlo rendirse.

_ ¡Escúchame! - lo miró suplicante. _ ya no me quedan fuerzas. Solo quiero pedirte que si logras salir de aquí o cualquiera de ellos. - señaló a Lidia y a David. _ le digan a mi esposa y a mi hija que las amo y que mis últimos pensamientos fueron para ellas.

_ Tú se los vas a decir. - dijo Roberth.

_ ¡No...! ¡Prométemelo! - insistió.

_ Te lo prometo, pero serás tú quien se los diga.

_ Ella se llama Jasmine. - continuó ignorándolo. Y mi pequeña que solo tiene cinco años se llama Paola, las extraño tanto. - dijo con voz quebrada. Mi esposa, estaba embarazada cuando me obligaron a ir con ellos - dijo refiriéndose a Lucas Salas y su gente. _ me permiten verlas solo una vez al mes y se aseguran de tenerme vigilado cada vez que las veo, ellas viven con los padres de Jasmine.

Roberth escuchó con atención y memorizó los datos de cómo llegar a ellas, pero, aun así, no estaba dispuesto a rendirse y dejarlo, no mientras David estuviera dispuesto a llevarlo y él tuviera fuerzas aún.

Los segundos se volvieron tediosos, las horas se volvieron pesadas y los días insoportables.

Ninguno sabía cuánto tiempo llevaban ahí adentro y no querían preguntar, lo que sí sabían era que ya habían pasado cuando menos dos días. Sin comer y con poca agua, los tres estaban al límite, Tomás era otra cosa, el ya no hablaba ni se movía, pero seguía con vida, sus signos vitales estaban al mínimo y a Roberth le preocupaba que su gente no llegara a tiempo.

James le iba informando de los avances y al parecer era cuestión de horas o quizás minutos para que se abriera un acceso y poder llegar hasta ellos, James los había guiado hasta un túnel el cual se abría en una pequeña cámara, luego otro túnel muy estrecho conectaba con una bóveda un poco más amplia que era a donde tenía que llegar el equipo de rescate del exterior, hacia horas que se escuchaban ya los ruidos de los trabajos de excavación, sin embargo Roberth estaba tenso, porque aunado a esos ruidos, se escuchaban otros, él los escuchaba, se habían venido repitiendo cada cierto tiempo y con ellos sentía como los cimientos de la mina se estremecían, sabía que los demás pensaban que era parte del trabajo que se hacía para rescatarlos, pero el sabía que era algo más, los explosivos seguían detonado uno tras otro y sabía que si no los sacaban de ahí rápido, quizás los alcanzaran.

CORAZÓN ATORMENTADO. No.8️⃣/SERIE HOMBRES DE LA SIERRA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora