CAPÍTULO 3 RESCATE

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Gustavo estaba a punto de desfallecer, los hombres lo habían empujado hacia el incendio urgiéndolo a caminar hacia él, el calor era intolerable, se detuvo, no podía ir más allá, el aire caliente abrazaba su cuerpo, el humo lo hacía toser sin control, sentía que sus pulmones no aguantarían más, su vista se empezaba a tornar borrosa, miró hacia atrás y vio a un hombre con su arma a punto de jalar del gatillo, mientras otro empujaba a Omar urgiéndolo también a avanzar al igual que a él y a los demás en fila esperando su turno para obligarlos a hacer lo mismo, no podía dar un paso más sus piernas se negaron a sostenerlo, y cayó de rodilla, alcanzó a ver como los hombres que les apuntaban y que estaban a punto de disparar, caían uno tras otro, pero no logró ver más porque la inconsciencia lo envolvió.

*****
Roberth dio la orden y el caos se desató.

Tenía a cinco hombres armados ubicados estratégicamente, sus armas no eran cualquier arma, y sus balas no eran cualquier bala.

Varios de los hombres que habían irrumpido en el complejo sobre todo aquellos que estaban a punto de asesinar a Gustavo y su equipo y el más importante Hakim, aquel ser despreciable, que no respetaba al ser humano y mucho menos la vida, aquel que valiéndose de su posición en el gobierno, cometía todas las atrocidades que le venían en gana y que nadie se atrevía a parar, todos ellos se llevaron su mano al cuello, al parecer un diminuto insecto había hecho de las suyas, pero como dolía, se tocaron pero no había nada, sin embargo segundos después, su vista se nubló, sus miembros fueron incapaces de sostenerlos y mientras caían sentían como el preciado oxígeno no parecía llegar, a sus pulmones.

Lo demás fue fácil, los que quedaron en pie estaban tan asustados y tan concentrados en saber que les pasaba a sus compañeros, que no se dieron cuenta de la presencia de los hombres que en segundos los sometieron.

*****
Gustavo despertó sobresaltado, le ardía el pecho, le dolía todo el cuerpo, el solo respirar hacía que sus pulmones protestaran.

De un salto se incorporó recordando lo sucedido antes de perder la conciencia.

Se encontraba en una habitación, sin duda aún permanecían dentro del complejo, sintió que alguien se movía cerca de él.

Era Omar, quien se acercó nada más ver que despertaba.

_ Amigo... ¿te encuentras bien? - preguntó con aprehensión.

Gustavo sacudió la cabeza, se sentía aturdido y no comprendía lo que sucedía, cuando perdió la conciencia estaba a punto de ser asesinado y arrojado al fuego.

_ ¿Estás bien? - volvió a preguntar Omar acercándose aún más.

_Si. - dijo por fin llevándose las manos a la cabeza, que le pulsaba tremendamente. _ ¿qué sucedió? - preguntó al fin.

_ Varios hombres vinieron en nuestro rescate. -dijo aún sin comprender lo sucedido a cabalidad. _ en minutos los tenían a todos sometidos, a nosotros nos liberaron y uno de ellos te dejó una nota antes de marcharse. - le señaló la mesita de noche junto a la cama, ahí se encontraba una nota doblada.

"Ingeniero, estamos a mano, ya no te debo nada, cuando te recuperes te espera una sorpresa en tu oficina. "

Gustavo miró interrogativo a Omar, el negó con la cabeza.

_ Después de ver lo que esos hombres hacen ni de loco iría a ver que dejaron en tu oficina. - dijo Omar.

Gustavo sonrió, sabía que todo eso había sido obra de Roberth, el hombre que por poco lo asesina, pero también sabía que no le haría daño, de querer hacérselo, no lo hubiese dejado con vida en aquella ocasión.

Con dificultad se incorporó de la cama, luego con ayuda de Omar, se dirigieron hacia su oficina.

_ ¿Qué sucedió con los demás? - preguntó Gustavo al ver sólo a dos de sus trabajadores, que se acercaron a ayudar.

_ Los envié a todos a sus casas, pero ellos. - señaló a los dos hombres. _se quedaron por si surgía algo más.

_ Dales las gracias de mi parte y recuérdame darles a todos una compensación por lo que pasaron y a ellos. - señaló a los dos. _se las duplicas. - dijo agradecido con esos hombres que sabiendo la desventaja en la que se encontraban y que quizás perdieran la vida, habían permanecido fieles a su servicio.

Llegaron a la oficina. Se veía iluminada, pronto sería un nuevo día y Gustavo no sabía si la pesadilla había terminado ya o apenas empezaba, no se veían por ningún lado los hombres que los atacaron y Hakim, era muy poderoso, y aunque él empezara de nuevo y reconstruyera lo dañado, no creía que lo dejara continuar, no sin atenerse a las consecuencias, ese hombre era malo y poderoso.

_ Te acompaño. - dijo Omar al llegar a la puerta de entrada.

_ No. - lo detuvo Gustavo. _será mejor que esperes aquí, te prometo que si necesito ayuda te la pediré.

_Pero no sabes lo que te encontrarás ahí dentro. - lo miró con preocupación.

_ Ese hombre. - dijo refiriéndose a Roberth. _no me haría daño.

_ ¿Quién te asegura que no? - lo miró con duda.

_ Solo lo sé. - dijo con convicción. Luego entró.

Adentro se llevó una gran sorpresa. Hakim estaba sentado en un sillón individual frente a su escritorio a simple vista se veía normal, pero cuando se acercó se dio cuenta de que no podía moverse, sin embargo, parecía estar consciente.

_ Señor Ássad ¿sucede algo? - se acercó hasta quedar junto a él.

El hombre no contestó, parecía estar aterrado, su mirada se movió por el lugar como buscando algo.

Gustavo no vio nada fuera de lugar, hasta que miró como un hombre salía de entre las sombras.

No se sorprendió cuando miró de quien se trataba.

_ Eres bueno en lo que haces. - dijo Gustavo.

_ Solo sé lo que tengo que hacer. - dijo el saludándolo con un simple movimiento de cabeza.

Gustavo respondió de igual forma

_ En primer lugar quiero agradecer tu valiosa ayuda, gracias por salvarme no solo a mí, sino a mi gente también.

_ Te lo debía, ¿lo recuerdas?

_ Si mal no recuerdo te negaste a ayudarme.

_ No creas que esto es un sí a tu propuesta, este hombre me las debía y de todas formas tarde o temprano tenía que ponerle un alto. - se refirió a Hakim, quien seguía la conversación asustado y sin lograr moverse del cuello para abajo.

_ Aun así, te debo no sólo mi vida, si no la de mis empleados.

_ Me sorprende que des gracias por ellos, son simples empleados.

_ El que sean empleados y de bajos recursos no quita valor a sus vidas, son seres humanos como tú, como yo, como el señor aquí presente. - señaló a Hakim. _no deberías menospreciarlos.

_No debería. - dijo Roberth en voz baja más para sí mismo que para Gustavo. Había hecho ese comentario para probarlo y ahora sabía lo que tenía que hacer.

Toda su vida había sido menospreciado por su condición o por su aspecto, la gente como Gustavo merecía todos sus respetos.

_ Me tengo que ir. - dijo. _ no te voy a dejar a este hombre ni a los que venían con él. - dijo ante la expresión de Gustavo. _ pero te dejo algo que te los quitara de encima para siempre. - señaló su escritorio.

CORAZÓN ATORMENTADO. No.8️⃣/SERIE HOMBRES DE LA SIERRA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora