_ Hola. - saludo Roberth llegando hasta donde se encontraba.
_Hola. - correspondió a su saludo poniéndose de pie.
Él se acercó y besó su mejilla, ella se sobresaltó y sintió su rostro arder, como le sucedía cada vez que el la saludaba de esa manera.
Se sintió mal por esas sensaciones que él despertaba en ella, su esposo acababa de morir, y estaba segura de que lo había amado hasta el final, era cierto que cuando se casaron, ambos obligados por sus respectivas familias, no existía nada entre ellos, pero con el tiempo aprendió a, quererlo y él se lo puso fácil, porque, aunque con los demás era un bastardo desalmado y prepotente, con ella era tierno, paciente y la amaba. No entendía su actitud con su hermana, ni que lo había motivado a hacer lo que hizo con ella, pero ya no estaba para enfrentarlo, exigirle una explicación y odiarlo y por su propio bien había decidido quedarse con lo bueno y recordarlo así, sin juzgarlo y guardando sus sentimientos para sí, sabiendo que, por el resto del mundo sería odiado hasta que su recuerdo se desvaneciera y con justa razón.
_ ¿Cómo está tu hermana? - su voz la sacó de sus pensamientos.
_ Bien... - lo miró sin saber exactamente qué contestar.
_ ¿Y tú? - la miró inquisitivo. _ te noto algo distraída.
_ No es nada. - sonrió.
_ Algo sucede. - insistió. _dímelo, quizás podamos encontrar una solución juntos. - se sentaron.
_ Bueno. - dijo sin mencionar lo de su hermana. _estamos viendo la posibilidad de regresar a casa.
_ Sabes que no tienen que hacerlo, aquí pueden permanecer el tiempo que sea necesario.
_ Estamos bien y no es justo que la organización cargue con dos personas más. - dijo con sinceridad. _ambas buscaremos trabajo.
_ ¿Damián sabe esto?, ¿lo del trabajo? - preguntó
_ ¿Qué tiene que ver él en esto? Esa es una decisión que sólo concierne a mi hermana.
_ Hasta donde yo sé, tu hermana ya tiene un trabajo. Y yo creo que, si le concierne, porque no ha dejado de estar al tanto de ella.
_ No es verdad. - dijo indignada. _desde que estamos aquí jamás ha venido a preguntar por ella o a visitarla, y su trabajo, nadie espera que a estas alturas se presente como si nada después de tan larga ausencia.
_ Hay otras formas de estar al pendiente de alguien. - dijo el sin inmutarse ante su arranque. _ ¿Quién crees que se está haciendo cargo de los gastos que ustedes dos generan en este lugar? Diariamente Damián recibe un reporte de la salud y la evolución de ambas y seguramente el día que decidan marcharse él lo sabrá antes de que ustedes pongan un pie fuera de este lugar.
Lidia se quedó boquiabierta ante esta revelación. Ahora menos que nunca entendía a estos dos, por lo visto ambos estaban sumidos en una tremenda confusión.
_ Discúlpame. - dijo él al verla tan desorientada. _ no vine a hablar de Damián, si no de ti, ¿estás segura de que quieres trabajar? - él sabía, que nunca lo había hecho.
_No es un deseo, es una necesidad, no puedo dejarle toda la carga a Laura.
_ Como te dije Damián no las va a dejar y menos Santiago, quieran o no son su familia, aunque Alfonso ya no esté.
_ Santiago me odia, como odiaba, a su hermano.
Roberth soltó una carcajada. Ella se quedó mirándolo sorprendida.
_No conoces a tu cuñado - dijo más calmado. _ ¿verdad? Santiago no odia a nadie, el solo se protege.
_ Yo le hice daño... A él... y a su familia... - bajo la mirada.
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CORAZÓN ATORMENTADO. No.8️⃣/SERIE HOMBRES DE LA SIERRA.
Roman d'amourRoberth gritó desesperado. _ ¡Sálvala! - extendió el cuerpo inerte de la mujer que amaba. Los brazos del médico la tomaron y él con dolor de su corazón tuvo que entregarla. Se resistía, a hacerlo, como se había resistido toda su vida a hacer lo que...