CAPÍTULO 26 EMERGENCIA

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Hacía media hora que Lidia había recibido una llamada de Nora, con la voz más fría que pudiese haber escuchado le dijo que Laura y Damián habían sufrido un accidente aéreo y que no lograban localizarlos, prácticamente le dijo que no esperara un buen desenlace, incluso Lidia podía jurar que esa mujer se regocijaba al darle la noticia.

Inmediatamente había llamado a Roberth a su oficina, pero su secretaria la había comunicado con Nora.

_ ¿Tan patética eres que no puedes arreglar tus asuntos sola? - se burló. _Roberth no quiso atender tu llamada, me la paso a mí, así que dime que deseas, él no está disponible en estos momentos.

Ella había colgado sin responder, si Roberth no quería hablar con ella no tenía a nadie más a quien acudir.

En realidad, solo quería escuchar de sus labios que todo estaría bien. Ella sabía que Santiago ya se estaría haciendo cargo de buscarlos y encontrarlos. Rogaba que estuvieran bien, pero necesitaba hablarlo con alguien. Desesperada se recargo en la pared de la sala y se dejó caer en el piso abrazada a sus rodillas, no supo por cuánto tiempo lloró hasta que escuchó el ruido de la camioneta de Roberth estacionándose, minutos después se abría la puerta.
Ella sólo levantó la mirada y se cruzó con la de él, se veía desesperado.

De un salto se incorporó, ¿sería que traía malas noticias?

*****
Roberth se encontraba en su oficina cuando recibió el llamado de Gustavo. Damián y Laura habían desaparecido, Santiago había solicitado de su apoyo.

Él se lo daría por supuesto. Los siguientes minutos los utilizo para organizar a su gente y trazar un plan de búsqueda y rescate, y aunque su primer pensamiento fue Lidia, no quiso llamarla, prefería informarle personalmente, quería estar para ella, sabía que esto le afectaría, era su hermana de vuelta en peligro, pero quería tener todo listo y darle esperanzas reales, sabía que tenía que marcharse y dejarla sola, pero quería dejarla lo mejor que se pudiera.

Había hablado con Nora su asistente y Lourdes su secretaria para cancelar sus actividades. Para ellas ya no era raro que esto sucediera, sabían que el manejaba una de las más prestigiosas agencias de seguridad e investigación a nivel mundial y que el con frecuencia se involucraba directamente en algunos casos, lo que provocaba que se ausentara desatendido sus demás negocios, aunque no quedaban totalmente desatendidos su personal era más que calificado para salir adelante aún en su ausencia.

Estaba a punto de marcharse cuando Lourdes su secretaria lo detuvo.

_ ¿Qué sucede? - interrogó obligándose a tener paciencia, lo que quería era llegar al lado de Lidia cuanto antes.

_ Se trata de Nora. - dijo con nerviosismo. _ usted nos pidió que tratáramos este asunto con discreción, pero en cuanto ella, salió de su despacho, le marco a una mujer informándole lo sucedido, luego recibí una llamada supongo que de ella, dijo llamarse Lidia y lo buscaba a usted, pero Nora tomó la llamada.

Roberth palideció al escuchar ésto, esa maldita mujer se estaba convirtiendo en un problema.

_ Gracias Lourdes. - dijo saliendo de prisa. _ cuando regrese hablamos.

No podía creer que Nora estuviese actuando tan irracionalmente, él sabía que ella buscaba algo más que una relación de trabajo, sabía que a veces se tomaba atribuciones que no le correspondían y que muchos pensaban que eran pareja, él lo había permitido, en realidad no le importaba, mientras no pasara nada entre ellos y él no se viera comprometido, ella podría seguir soñando despierta, pero esto ya no le estaba gustando y no por él, sino por Lidia, porque ella podría salir lastimada y porque él quería algo serio con ella y Nora podía echarlo a perder.

En tiempo récord llego a la casa, corrió hacia la entrada y abrió la puerta.

Su corazón se contrajo al ver a Lidia sentada en el piso recargada contra la pared con los brazos rodeando sus piernas y su cabeza entre ellas. Estaba llorando. Cuando entró ella levantó su mirada, corrió a su lado, ella se había incorporado y la rodeo con sus brazos, no necesitó decir nada, ella ya lo sabía, solo la consoló con ternura.

_ Todo va a estar bien. - dijo besando su cabeza. _ los encontraremos y los traeremos a casa. - la apartó para mirarla a los ojos. _ es una promesa.

Ella lo miró consternada una vez más él, sin palabras le estaba prometiendo que traería a su hermana viva o muerta. Y una vez más se lo agradecía

*****
Era de madrugada, los rayos del sol aún no asomaban por el horizonte. Lidia, se removió en el sillón de la sala, no se había movido de ahí esperando noticias, quería permanecer despierta, pero el cansancio la había vencido, aun así, su sueño había sido ligero e inquieto, no podía volver a dormirse, se sentó y casi pega un grito ante la sombra que se recortaba ante ella, le pareció enorme y amenazante.

Se puso de pie intentando huir asustada, pero al hacerlo, pudo ver con más claridad, ahí, delante de ella estaba Roberth, su aspecto era desaliñado, su cabello un poco fuera de lugar y su rostro cansado.

_ Los encontramos. - dijo acercándose. _ambos están bien.

Ella se abalanzó hacia él y lo abrazó, no la había defraudado, una vez más había estado para ella y su hermana, no tenía forma de pagar tanto, ni en mil años lo lograría.

_ ¡Gracias! ¡Gracias! - era lo único que atinaba a decir, aun entre sus brazos.

_ Fue un milagro que se salvaran, fue otro milagro que los encontráramos, por el lugar donde quedaron y otro que los hayamos podido rescatar, estoy seguro de que Dios debe de amar mucho a tu hermana. - rio. _porque no creo que sea por Damián.

Ella lo miró divertida y agradecida, seguía entre sus brazos, pero ni él ni ella hacían el intento por separarse. Ambos estaban agusto el uno con el otro y ambos lo disfrutaban, sin pensar más allá de ese momento.

_ ¿En donde están? - se separó por fin ella.

_ Están en una de las clínicas de Justin, Laura tiene un tobillo lastimado y ambos salieron solo con golpes leves. Los están evaluando, pero en general están bien.

_¡Necesito ir con ella! - dijo con angustia. _quizás me necesite.

_ Déjame tomar un baño. - dijo. _y luego te llevo. - en ese momento lo único que deseaba era una cama donde dejarse caer, además, estaba seguro de que Laura no necesitaba a su hermana, a ella se le olvidaba que ella ya estaba casada y que había quien se encargara de ella, aun así, no se lo dijo y tampoco la dejaría sola, sabía que no se quedaría tranquila hasta que la viera y constatara por ella misma que no tenía nada de qué preocuparse.

*****
Lidia miraba el rostro tranquilo de su hermana, su respiración era acompasada, estaba dormida. Las lágrimas rodaron por sus mejillas, tanto que había pasado, ahora merecía ser feliz, Dios le estaba dando otra oportunidad y tenía que aprovecharla, Damián era un hombre bueno, la amaba y sabría cuidar de ella y hacerla feliz.

A pesar de que él también tenía varios golpes y debería estar en reposo no se había despegado de ella, ahora mismo estaba en la parte de afuera esperando a que ella saliera, miró hacia su dirección, también se encontraban ahí Santiago, Gustavo y Roberth, siempre unidos, siempre ayudándose unos a otros, los admiraba.

Fijó su vista en Roberth, se veía sumamente cansado, no había pasado desapercibido para ella que en lugar de estar en su casa descansando, la había llevado a la clínica y no sólo eso, se había quedado con ella, ¿cómo poder pasar esos detalles por alto?

ÉL la tenía atrapada, jamás podría negarse a algo que él le pidiera. Incluso le debía la vida. Lo amaba.

CORAZÓN ATORMENTADO. No.8️⃣/SERIE HOMBRES DE LA SIERRA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora