CAPÍTULO 35 TÚ ERES MI EMPLEADA Y ELLA VA A SER MI ESPOSA

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Roberth miró con rostro serio a Nora, la había mandado llamar a su despacho. La situación lo había puesto de muy mal humor.

_ ¿Me buscabas? - entró ella con aires de grandeza, sin anunciarse y dejando a Lourdes con la palabra en la boca. _ al parecer ya no me necesitas tanto. - se quejó haciendo un puchero. _ has disminuido tu ritmo de trabajo.

_ No quiero hablar de trabajo. - dijo cortante. _ lo que quiero saber es porque demonios te has metido a husmear en el archivo de Lidia.

_ Roberth... Yo... - lo miró con cara de sorpresa.

_ No te atrevas a negarlo. - la atajó. _ no hay nada que tu hagas que yo no lo sepa ya. - alzó la voz.

_ Roberth... No es lo que parece. - se acercó poniendo su mano sobre su pecho.

_ Si no es lo que parece, explícamelo entonces. - la apartó con brusquedad. _ ¿qué tienes que andar haciendo tú en los archivos de mis empleados, y específicamente en el de Lidia?

_ Tranquilízate. - trató de calmarlo. _ solo quería, saber más de ella, por lo que veo tienes demasiadas consideraciones con tu empleada, solo quería saber quién era y si no corrías alguna clase de peligro.

_ Soy bastante capaz de cuidarme solo. - dijo aún enojado. _ y soy yo quien decide quien es peligroso o no para mí. Además, ella no es mi empleada, es mi prometida. - le soltó.

Miró complacido como se le iba el color de la cara, sabía que ella andaba detrás de él, no perdía oportunidad para insinuársele, y de tomar atribuciones que no le correspondían, él le había dado por su lado, pero ahora tenía que ponerle un alto, no podía arriesgar su inestable relación con Lidia por una mujer como esa.

_ Pero... Ella...

_ Espero que guardes las distancias y que sepas cuál es tu posición con respecto a Lidia. - la detuvo él, antes de que empezara a hablar mal de ella. _ Tu eres mi empleada y ella va a ser mi esposa, no toleraré ninguna clase de intriga contra ella, ¿de acuerdo? - la miró amenazante.
Y sobre todo no quiero saber que vuelves a meterte en mis archivos.

_ Pero esa no era información confidencial. - se defendió, _ la busque como una empleada más tuya.

_ Cierto. - dijo él. _no es información confidencial, pero nadie tiene autorización de leerla o usarla, salvo la gente de recursos humanos o yo, y eso solo para cuestiones de trabajo, jamás por asuntos personales.

_ No entiendo cómo te enteraste. - dijo conteniendo la ira. _además solo quería saber.

_ No importa cómo me enteré, la cuestión es que te estas metiendo en donde no te llaman. - estaba siendo grosero, pero no permitiría que se metiera con la mujer que amaba. _ no quiero volver a saber que sucede de nuevo porque me veré en la penosa necesidad de prescindir de tus servicios.

_ ¡Por favor! - exclamó. _ tanto alboroto por leer su expediente, como tú dijiste, cualquiera puede leerlo.

_ Cualquiera puede leerlo, pero no tenías por qué hacerlo. - insistió. _ y será mejor que te marches, ya fui muy claro contigo sobre este asunto. - la despidió.

Ella lo miró ofendida, pero aún así no le quedó más remedio que salir.

*****
Roberth seguía demasiado molesto, todo había sido su culpa, obviamente los archivos de cada empleado suyo estaban protegidos y si alguien los necesitaba podían acceder a ellos previo permiso de recursos humanos, sin embargo él tenía pleno acceso a ellos desde su cuenta y por desgracia Nora como su asistente tenía acceso a ellos cuando era necesario consultar algo, con permiso de él, por supuesto, pero ella había aprovechado eso para indagar sobre Lidia, lo que ella no sabía era que James tenía pleno control de todos y cada uno de los movimientos que se hacían en las empresas de Roberth y al acceder a ese expediente las alarmas habían saltado para él y él le había informado a Roberth de inmediato.

Esto no sería un problema, de no ser porque el expediente de Lidia contenía más información de la normal y solo la podía visualizar él desde su computadora, la cual Nora había utilizado para tal caso. Esa información la había recabado cuando Lidia le pidió ayuda a Damián durante el secuestro de su hermana, y él la había investigado a fondo. Sólo esperaba que Nora no fuera tan tonta de intentar utilizar esa información en contra de Lidia, porque se las vería con él.

*****
Nora iba furiosa, ¿que se creía esa sirvienta idiota? Esa jamás estaría a la altura de ella, no era más que una campesina ligada a grupos criminales, ¿cómo podía estar él tan ciego. Ya se encargaría de sacarla de la vida de Roberth, ya se le ocurriría algo, pero esa mujer no se lo arrebataría.

*****
_Lidia. - dijo Roberth. Ambos estaban en la terraza, empezaba a oscurecer, ella lo había acompañado a cenar como ya era costumbre. _ Tienes que dejar de actuar como una empleada más de esta casa.

_ Actúo así, porque soy una empleada. - lo encaró.

_ Eres mi prometida. - la contradijo tomándola por la cintura y atrayéndola hacia, sí.

_ No recuerdo haber dicho que sí. - le recordó.

_ Sabes que no puedes escapar de mí. - besó su cuello.

_ Roberth. - protestó intentando separarse.

_ Lo sabes. - acarició su rostro. _terminarás diciéndome que sí.

_ Aún no lo hago. - se separó por fin, eran tantas las sensaciones que él despertaba en ella, que sabía que sí lo dejaba seguir, ella no sería capaz de detenerlo y aun no se sentía lista para una nueva relación, sabía que Alfonso había quedado atrás, sabía que amaba a Roberth, pero tenía pavor de darse cuenta de que una vez estando con él, ella no fuera capaz de llenar sus expectativas, que ella no fuera capaz de satisfacer a un hombre como él, que lo tenía todo y que podía tener lo que quisiera, aun a las mujeres, el no necesitaba buscarlas, ellas se entregaban a él. ¿Cómo competir con eso? Ella no se sentía bonita, no era sofisticada, no era culta, apenas si sabía leer y escribir, ¿cómo iba a encajar en la vida de éxito de él? Para él era fácil porque quería lograr tenerla, quizás era sincero, pero una vez que volviera a la realidad, cuando se desesperara porque ella no podía llevar una conversación con sus amigos, sus socios, o cualquier persona de su círculo, o cuando quisiera llevarla a esos lugares elegantes que el frecuentaba, quizás las primeras veces que hiciera el ridículo o que quedara mal, se la pasaría, pero ¿después? Estaba segura de que se cansaría de ella más pronto de lo que ella misma esperaba.

CORAZÓN ATORMENTADO. No.8️⃣/SERIE HOMBRES DE LA SIERRA. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora