Plumas negras

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-¿Ya me vas a contar que les paso a tus alas?

-No me vas a dejar en paz hasta que te cuente ¿verdad?

-Nop- me dijo con una tierna sonrisa, yo solo bufé divertida.

Hace poco comencé mis labores de héroe aquí, y casualmente durante nuestras guardias nos topábamos en una calle en específico y siempre terminábamos nuestro trabajo juntos.

Así yo fortalecía mis alas durante más tiempo y él "cuidaba que no me matara mientras pasaba tiempo conmigo" según sus palabras.

Hace unas horas atrapamos a unos ladronzuelos, no eran la gran cosa, pero de alguna manera me recordaron al incidente que me dejó en este estado y durante un rato tuve que pelear cuerpo a cuerpo sin poder sacar mis alas, lo que me consiguió un gran corte en el antebrazo, no fue muy profundo y solo tuve que vendarlo, pero aun así se preocupó.

Bajamos a la azotea de un edificio y ahí descansamos un rato mientras le contaba en gran parte la batalla que tuve en las vegas.

-Así que tienes la espalda lastimada- habló analizándolo todo.

-Si.

-Y tus alas no siempre responden, o sea, que tu kosei tiene vida propia.

-Supongo que es algo así, sí.

-Las marcas de tu espalda no son tatuajes, es parte de tu kosei- se refería a unas marcas en forma de alas que abarcaban toda mi espalda.

-Exacto.

-Como las marcas de mis ojos.

-No lo creo, las mías solo aparecen cuando mis alas no están, y cuando estas se materializan no las tengo. Es como si se guardaran en mi espalda en forma de dibujo y cuando las activo ese dibujo toma forma. O como si cambiaran de lugar, mis alas por las marcas- asintió levemente con la cabeza.

-Y tus plumas son negras, y curativas.

-Si- creo que está comenzando a decir obviedades.

-Cuando llegas a tu límite te duele la espalda a grado que podrías desmayarte.

-Si.

-Y tu espalda es muy sensible por culpa del incidente.

-Si- pregunto algo más, pero deje de prestar atención, siento como si estuviera hablando con un niño, así que hice como toda buena madre y cada que preguntaba decía que si sin siquiera prestarle atención.

-¡¿En serio?!

-Si- su grito me desconcertó- No, espera, ¿qué?

-Ya aceptaste, no puedes negarte ahora.

-Pues claro que me niego a eso.

-¿A qué? -se hiso el inocente.

-P-pues, a eso que dijiste- comenzó a reír a carcajadas burlándose de mí- no te burles- lo empuje leve, el solo se movió un poco sin dejar de reír

-Eso te pasa por no hacerme caso. Ahora vamos a que cumplas eso que me dijiste.

-Yo no te dije- me interrumpí con un grito cuando sentí como me tomaba por los hombros queriendo empujarme- ¡Tarado, ¿Qué crees que haces?!

-Cumple lo que me dijiste o te tiro- tenía una sonrisa burlesca, estoy sentada en la orilla del edificio, solo tiene que soltarme y ve voy a caer de cara a menos que abra las alas.

-No lo harías.

-¿Quieres verme intentarlo? -levantó un par de dedos retándome.

-Está bien, lo cumplo. Pero tienes que decirme que es para poder hacerlo.

Amor alado (Hawks x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora