Amor alado (Hawks x Lectora)

Bebé

-¿Señorita (T/N)_____? -al instante me separe de Hawks y me limpie las lágrimas lo mejor y más rápido que pude.

-Perdón linda ¿te despertamos? -la tomé en brazos y comencé a llevarla de nuevo a la habitación que le di.

-No, black me despertó con su lengua y cuando no la vi me asusté, no quería interrumpir, perdón- agacho la cabeza, black la lamió y por eso despertó, menos mal no había sido nuestra pequeña discusión.

-No te preocupes linda, no interrumpiste nada. Ya estaba volviendo a dormir contigo, así que hagámoslo ahora ¿sí? -la acosté y arropé- dame un segundo y vengo para poder dormir juntas de nuevo- bese su frente y cuando estaba por salir me habló.

-¿Quién es él?

-¿Cómo no me conoces? Los niños me adoran, soy el héroe número dos Hawks- comenzó a alardear para impresionarla.

-Héroe...¿número dos?

-No le hagas mucho caso linda, vuelve a dormir, él ya se va- lo tome por el brazo mientras sonreía esperando que no me dijera nada. Pero claro que mis suplicas por que se fuera en silencio no fueron escuchadas.

-De hecho, quisiera quedarme a hablar contigo.

-No empieces, hablamos luego- sé que me quiere hacer muchas preguntas ahora, pero Eri esta aquí y no me parece prudente.

No supe ni en que momento se alejo de la puerta, ahora estaba sentado en la cama jugando con Eri y sus plumas, ella las miraba fascinada.

-Son suaves- tenia una entre sus manitas mientras las otras flotaban a su alrededor- como black.

-Oh no, yo soy mejor que ese gato.

-Hey- me ofendí- Black es mejor en muchos aspectos- le reté con la mirada burlándome de él.

-¿Cómo en qué?

-Es callado- lo tomé del piso para cargarlo- no hace daños, es suave, cariñoso y siempre ha estado conmigo- me senté también en la cama y Eri comenzó a acariciar al animal.

-¿En serio? -solo me alce de hombros, definitivamente tenemos mucho de qué hablar.

-¿No tienes trabajo mañana? Deberías ir a descansar.

-No quiero irme sin dejar nada por arreglar y tu probablemente ya no logres volver a dormir. Se que si te despiertas a la media noche ya no vuelves a conciliar el sueño.

-¿Cómo sabes eso?

-El otro día en mi departamento, cuando fuimos a- lo interrumpí con un leve golpe en el hombro.

-Ya entendí- luego de una pequeña sesión de besos nos quedamos dormidos, aunque claro nuestras intenciones eran otras, solo que ambos estábamos demasiado cansados como para pasar de los besos candentes.

-Se quedó dormida- la mire comprobándolo y luego lo mire a él, sonreía de una manera distinta a como lo había hecho antes, una sonrisa dulce, casi paternal. Cuando se dio cuenta que lo miraba y sus ojos conectaron con los míos su sonrisa desapareció- ¿Hablamos abajo?

-Vamos- con cuidado de no despertarla ambos nos pusimos de pie y salimos de la habitación con sumo silencio. Cerré la puerta a mis espaldas cuidando no hacer mucho ruido y bajamos a la sala- ¿Té?

-Claro- entre a la cocina seguida por él, puse la tetera en la estufa para esperar a que hirviera el agua- Solo aléjate de los cuchillos ¿sí? -reí leve por su broma.

-Si tienes miedo de lo que te puedo hacer con un cuchillo creo que debería mostrarte lo que puedo hacer con un simple bolígrafo.

-Preferiría que no gracias- sonreímos y luego el silencio callo sobre nosotros, era algo incomodo, creo que ninguno sabía cómo sacar la conversación.