Desconocida comodidad

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Gracias a la fatiga del día anterior (T/N)_____ había caído rendida durante el resto de aquel día y toda la noche hasta buena parte de la mañana siguiente.

Al abrir los ojos se dio cuenta de que estaba en una cama que no era la suya, aunque ¿cuál era su cama de cualquier modo? ¿la de la casa en la que vivía? ¿la que usaba mientras se mantenía con la liga de villanos y el frente de liberación? Ya no tenía ganas de pensar en esas tonterías.

Se sacó de encima las sábanas dándose cuenta también de que le faltaba más de una prenda de ropa, principalmente los zapatos, las medias y el brasier. Se levantó asustada y tratando de recordar lo que había pasado antes de perder la consciencia.

Unos brazos fuertes. Alguien llamándola por su nombre. Un par de guantes, guantes de héroe.

Salió de la blanca habitación encontrando a su rescatista plácidamente sentada a la mesa del pequeño comedor en la estancia. La morena de cabellos blancos sonrió levemente cuando notó su presencia y se enderezó en su lugar.

-Despertaste -la miró atenta- me estaba empezando a preguntar si debí llevarte a un hospital.

-¿Dónde estamos y por qué estoy así? -la chica de cabello (c/c) se señaló a sí misma tratando de cubrirse el pecho con las manos, a lo que Mirko alzó ambas manos demostrando inocencia.

-Sé que es muy incómodo dormir con zapatos y brasier, no hice más que sacártelos -se aseguraba de no darle la espalda en ningún momento- no miré nada por ahí, sé bien cómo quitarlo sin mirar bajo la blusa -señaló el cuerpo entero de (T/N)_____- y aunque lo hubiera hecho, por si aún no lo recuerdas, no sería la primera vez que vea.

-Así que nos conocemos desde antes -habló más para sí misma recibiendo un asentimiento de la coneja que, curiosamente, la hacía sentir demasiada tranquilidad a su lado a pesar de no poder recordarla bien.

-Si te incomoda andar sin brasier ahora que despertaste, lo deje en el baño -habló y se puso de pie justo un segundo antes de que alguien llamara a la puerta.

(T/N)_____ aprovechó ese momento para recuperar la prenda, volverla a poner en su sitio y, de paso, entender un poco más la situación. En el baño estaban también los guantes de Mirko junto de otras partes de su traje de héroe.

Curiosamente darse cuenta de que habían sido las manos enguantadas de Mirko y no las de Hawks las que la sostuvieron la noche anterior no le gustó tanto como lo habría pensado.

-Trajeron el desayuno -avisó la morena asomándose apenas en el baño- por mi quirk tengo una capacidad auditiva mejor que cualquier humano, pude escuchar que el chico venía desde que dejó el ascensor -explicó regresando al comedor.

-¿Por qué me explicas todo? -cuestionó (T/N)_____ siguiéndola- no me lo tomes a mal, pero no he preguntado nada.

-No quiero que te sientas incómoda conmigo -le sonrió de nuevo y se sentó a la mesa comenzando a devorar una pila de panqueques.

-No lo hago -se sentó a su lado comenzando a comer la propia pila de panqueques sin dudar demasiado- no te conozco, pero tampoco me siento extraña contigo. Es como si debiera saber algo de ti, pero aun desconocerlo no me incomoda ni me presiona.

-¿Eso es lo que sientes cuando estás con Hawks? –(T/N)_____ asintió- entonces me alegra que no sepas quién soy.

-No te equivoques, se quién eres -explicó- la heroína Miruko, heroína número tres en el top de Japón y mejor amiga de Hawks desde la secundaria -ella misma frunció el ceño sin saber bien cuando había llegado esa información a su cerebro.

-Ya sabía yo que eres demasiado inteligente como para olvidarme así nada más -sonrió con algún gajo de orgullo- y si, es cierto que estoy muy arriba en el top -alardeó un poco- pero no por eso, o por ser su amiga, vallas a pensar que soy como Hawks.

Amor alado (Hawks x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora