Toga

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Desperté al medio día totalmente sola y adolorida en alguna habitación dentro de los edificios de Redestro. Al levantarme me di cuenta de la venda que me cubría parte del pecho, el estómago y toda la espalda.

-¡Buenas! -Toga entró sonriendo a la habitación con una bolsa de plástico.

-Hola Toga. ¿Y los demás?

-Afuera trabajando -se tiró a mi lado en la cama y empezó a sacar comida de la bolsa- te traje esto porque ayer llegaste inconsciente.

-¿Sangré mucho?

-Bastante -su sonrisa se ensanchó como cada vez que habla de sangre- y yo la junté toda. Casi logro llenar una bolsa de litro.

-Felicidades -le sonreí honesta. El trato era que solo podía tener mi sangre si no era ella la que me la sacaba del cuerpo- ¿Hamburguesas?

-De pollo y res. No me acordé de cual te gusta más -levantó ambas y me dio a escoger una para destapar la otra y empezar a comer, luego cerró la bolsa de plástico- esa es para Jin.

-¿Cómo está él? Supe que lo habían mandado a trabajar con Itzumi luego del fracaso de Dabi el otro día.

-Dices que el fracaso fue de Dabi, pero has estado aquí encerrada los últimos dos días con eso en el cuerpo -señaló mis vendas- y la nueva doc dijo que no podrás volar en unos días.

-Por culpa de Dabi que no hizo lo que le dije cuando necesitaba que me respaldara y dejó que yo sola peleara con la mayoría de los que estaban en el bar a esa hora.

-Pues ahora están los tres juntos creo -luego puntuó con sus dedos- Jin, Itzumi y Dabi. Oh, ya sé -habló de repente- no quieres salir porque no quieres tener que ver a Itzumi, ¿verdad?

-Puede...

-¿Es por qué no fue a ayudarlos a Dabi y a ti? ¿Sigues molesta con él?

-También fue culpa suya que esté yo aquí, si hubiera atendido al llamado de Dabi hubiera ayudado con la misión y yo no hubiera tenido que pelear prácticamente sola.

-Pues vas a tener que verlos en algún momento, a Dabi y a Itzumi -chupó uno de sus dedos manchados en cátsup, yo evité contener una risa leve y saqué servilletas de la bolsa abierta en la que venían nuestras hamburguesas.

-Deja que te ayude -se quedó quieta y me dejó limpiarle los aderezos y migajas de las mejillas.

-Gracias -asentí tirando la servilleta en el cesto de basura- pero en serio, no puedes quedarte mucho tiempo aquí. Afuera se están preparando para una guerra, ¿sabías?

-Si, algo he escuchado por los pasillos. ¿Tu sabes de cómo piensan hacerlo? -ella negó con la cabeza terminando de comer.

-Hacen juntas sobre eso cada tanto, pero yo no hago parte. Prefiero quedarme contigo o con Jin por ahí.

Me quedé pensando un poco en sus palabras mientras terminaba mi propia hamburguesa. Era cierto que Toga nunca fue alguien que le gustaran las cosas de administración, política o cosas relacionadas, pero no me gustaba que ella no conociera más detalles de lo que piensen hacer.

Poco a poco un pensamiento me llevó hasta otro y sin querer, de alguna manera, terminé con la mente en Itzumi. Era guapo, pero no me parecía algo fuera de este mundo; era un poco divertido, pero aún con todas las cualidades y defectos que había visto en él durante los pocos días que teníamos de conocernos no lograba entender por qué me sentía tan extraña estando a su lado.

-Toga -llamé de vuelta su atención luego de un rato- ¿Qué sabes de Itzumi?

-¿Por qué? -balanceaba sus pies adelante y atrás desde el borde de mi cama.

-No sé, solo me da curiosidad.

-Es un vigilante como tú, pero tiene métodos bastante distintos -me sonrió como siempre lo hacía- solo es otro aburrido ladrón que se disfraza de héroe y por eso termina como vigilante ante la gente.

-¿De dónde lo conocieron ustedes? ¿Por qué trabaja para la liga?

-Él nos buscó, o algo así. Yo solo sé que estuvo insistiéndole a Dabi por mucho tiempo para que lo llevara a nuestra guarida y le presentara a Shigaraki.

-¿Y cómo hace para pasar desapercibido? Digo, a mí me esconden en el restaurante, pero según sé él no tiene trabajo por estos rumbos además del que le dan ustedes -ella dudó un momento y dejó sus pies quietos.

-A ti te buscan por casi todo Japón, fue difícil que Redestro accediera a esconderte en sus dominios. A él no lo buscan. No importa, si fuera lo suficientemente importante también sería buscado -sonrió de vuelta y siguió balanceando sus pies- así que creo que en realidad no es para nada como tú.

Suspiré sin saber que más podría preguntarle con respecto a aquel rubio en el que había estado pensando tanto. Quizá era solo un problema de mi falla de memoria, pero algo había por ahí que seguía sin cerrarme por completo.

-¿Sabes si él y yo nos conocíamos de antes?

-¿Por qué lo crees?

-Pues no sé -y era la verdad, me frustraba no poder entenderme a mí misma- pero si dicen que ambos somos vigilantes, pensé que quizá me había cruzado con él antes de trabajar con ustedes.

-Si es así yo no lo sé. Eras muy reservada siempre con todo lo que hacías, sobre todo si se trataba de algo que no tenía que ver con trabajo.

-Pero me dijiste que yo siempre les contaba todo a ti y a Jin -solo se alzó de hombros.

-En realidad no nos contabas todo, todo, lo que se dice todo. Solo algunas cosas y por lo general era Jin el que insistía.

-No suena demasiado a Jin.

-Bueno, yo también insistía -se puso de pie en un salto y tomó la bolsa que había cerrado cuando llegó- voy a llevarle comida a Jin, mejor báñate y cámbiate porque casi seguro mandan a alguien pronto para recogerte.

-¿Alguna misión en puerta?

-Puede...

Solo dejó aquella corta contestación al aire y salió de la habitación dando por terminada nuestra conversación. Otra vez estaba sola, ya no podría decir que, con mi mente, porque ella también me había abandonado, pero ahí estaba. Por lo menos seguía viva.

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-Alex.

Amor alado (Hawks x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora