Intrépido Amor #1.
Becca Edwards es una carismática, dominante e intrépida joven con un pasado misterioso el cual la atormenta en secreto.
Una noche antes de regresar a clases en la universidad, mientras espera a que su mejor amiga salga de su trab...
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Christopher.
No dejaba de asombrarme con la vista que tenía frente a mí.
No me refería a la enorme mansión que se encontraba a unos cuantos metros de nosotros, que para mi gusto era lo suficientemente ostentosa. Obvio, la casa era magnifica, para las personas que les encanta derrochar el dinero sin consentimiento.
Sino que me refería a la hermosa y perfecta mujer que estaba parada a mi lado.
Becca siempre me pareció magnifica, desde el primer momento que nuestros ojos se encontraron, incluso antes de que ella me viera yo la había mirado un par de veces. Se encontraba sola en medio de tanta gente disfrutando a pesar de ser día de semana.
Incluyéndome. Esa noche quería disfrutar de mi libertad antes de comenzar a trabajar. ¿Quién diría que a partir de esa noche me ataría a alguien?
No había mucha diferencia de aquella noche con esta, solo una. Su expresión, esa noche se veía segura, feroz, lista para acabar con la noche. Y esta vez solo podía ver preocupación, de verdad que el tema de su familia le afectaba mucho.
Mi mano rozó la suya, haciéndola estremecerse por la sorpresa, no me dio tiempo a unir nuestras manos, porque ella lo hizo.
—Cuando hablaste de tu familia, no creí que fueran así de adinerados.
—Mi padre tiene una empresa de seguridad—respondió encogiéndose de hombros, restándole importancia—. Es irónico, nunca me sentí segura con ellos.
—Lo siento, mal tema para hacer más amena la espera—curveé una sonrisa apenada.
—No te preocupes, ¿sabes si llegaran pronto?—preguntó.
—No tardaran—la abracé acercándola a mi cuerpo—. Ninguno te dejara enfrentar esto sola.
Rodeó mi torso con sus brazos, deje un beso en su sien. La noche estaba cada vez más fresca, y me preocupaba que se resfriara vistiendo solo un vestido, con decorados de encaje que le quedaba de maravilla.
Esperábamos a Violett y Tristán, ellos no fueron invitados, pero Becca les dijo que vinieran igual. Durante estos días estuvo todo muy tranquilo, lo único que noté bastante extraño era las constantes llamadas del padre de Violett hacia la castaña.
Siempre que le llamaba, ella se apartaba, incluso una de las llamadas duro más de media hora, no escuche porque no era lo debido, pero sí ya me estaba carcomiendo la curiosidad por saber.
Quería ser lo más paciente posible, pero el comentario de la madre de Becca no dejaba de rondarme la cabeza cada vez que ella se iba a otro lado por las llamadas. Más que recordaba unos sucesos extraños que no había tomado en cuenta antes.
Ese bolso extraño con la ropa manchada con algo rojo, sus heridas que ahora ya no eran tan frecuentes, pero antes lo eran, las evidentes llamadas y... lo desolado que se veía en ocasiones su complejo de apartamentos donde vivía.
