Intrépido Amor #1.
Becca Edwards es una carismática, dominante e intrépida joven con un pasado misterioso el cual la atormenta en secreto.
Una noche antes de regresar a clases en la universidad, mientras espera a que su mejor amiga salga de su trab...
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Becca.
Sonreí levemente observando el último mensaje que tuve con Christopher.
De: Chris <3
«Que descanses, fierecilla».
Últimamente nos enviábamos mensajes en las noches que no nos veíamos, primeros eran mensajes bien subidos de tonos y después tranquilos antes de dormir. No solamente eran tranquilos, rozaban lo dulce, era algo que no estaba permitido.
Mi cabeza me decía que no debía, pero hice lo que hacía en los últimos días, ignorarla. Esas palabras dulces me reconfortaban más de lo que imagine en algún momento, por lo que no quería dejar de recibirlos.
Hice el móvil a un lado cuando un quejido se escuchó en el sótano de la casa. Suspiré, era hora de regresar al trabajo.
«Espero terminar rápido».
Observé al tipo atacado con unas cadenas por las muñecas al techo, y sus pies igual se encontraban amarrados al suelo pero con una gran piedra para que no pudiera moverse. El sujeto meneó la cabeza recobrando el sentido.
Al fin, llevaba más de una hora desmayado.
Ni siquiera lo había golpeado con tanta fuerza, y considerando que usé un simple bastón para desmayarlo no tenía sentido el tiempo en el que se mantuvo dormido.
Sonreí cuando sus ojos se adaptaron a la luz del lugar, y más aún cuando horrorizado, intentó moverse al ver el estado en el que se encontraba suspendido. Era inútil que lo hiciera, de esta no saldría vivo.
Literalmente.
—Al fin reaccionas—emití—. No es divertido hacerte nada si no estás consciente.
—¿Qué... quién eres?—tartamudeó.
Me incorporé de la mesa donde estaba sentada y me quité la gabardina que llevaba puesta, afuera estaba fresco al ser la madrugada. Me encantaba el otoño.
Prendí por completo las luces del sótano, dejando ver el horrible lugar dónde se había llevado a cabo una de las cosas más horribles que podía suceder en esta ciudad. El lugar no estaba asqueroso solo porque no lo limpiaban, sino por otras cosas también.
Me sorprendí al saber que en la ciudad que vivo podía ocurrir un acto tan horroroso.
Hace un día Richard recibió la denuncia de una joven chica de secundaria desaparecida. Ella solo vivía con su hermano mayor, sus padres habían fallecido en un accidente hace años y él se estaba haciendo cargo de ella.
Resulta que no la encontraba desde hace horas.
Richard al ser padre, y ser humano, se movilizó con rapidez buscando en los lugares a los que la chica podría haber ido, además de tomar las declaraciones del hermano.
