Intrépido Amor #1.
Becca Edwards es una carismática, dominante e intrépida joven con un pasado misterioso el cual la atormenta en secreto.
Una noche antes de regresar a clases en la universidad, mientras espera a que su mejor amiga salga de su trab...
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Becca.
Mataría a mi mejor amiga.
Además de que la noche anterior arruinó mi bello encuentro con esos ojos grises.
Me obligó a inscribirme en una clase optativa que no me interesaba mucho ninguna materia de la universidad me importaba en realidad, pero como ella no quería estar sola en esa clase, me inscribió al mismo tiempo. No me habría molestado si antes de hacerlo me hubiera preguntado, o por lo menos avisado.
Pero no, decidió decirme apenas estaba por marcharme. Me arrastró con ella a la clase de Literatura. A ella le fascina leer a mi igual, pero no por eso quería estar en una clase de Literatura, por eso está muy emocionada, y porque según unas chicas que estuvieron en archivos, escucharon a las que trabajan ahí decir que era un profesor joven y además guapo.
Yo solo quería marcharme a mi departamento a dormir. Estuve todas las malditas clases con dolor de cabeza por las copas que bebí en el club mientras esperaba a Violett. Había bebido agua intentando contrarrestar el efecto del alcohol, pero al parecer no funciono.
Eso era porque yo estaba acostumbrada a beber más vino que otras bebidas.
Eso hizo que mis recuerdos fueran a los labios sabrosos del chico. El maldito besaba como condenado. De solo pensarlo me daban ganas de querer probar nuevamente sus labios, todas las noches y días.
Ni siquiera pude averiguar su nombre, solo le di el mío y me marché, aunque deseé con todas mis ganas poder quedarme con él esa noche, mi prioridad era Violett.
Richard me hubiera asesinado si la dejaba sola por un hombre, primero estaban las amigas, eso era claro.
«Amiga estafadora».
Aproveché que tenía los brazos cruzados sobre la mesa y descansé la cabeza sobre ellos colocándola de costado para así poder observar a la rubia que tenía a mi lado. Su mirada se encontraba concentrada en su móvil. Me mantendría observándola hasta que se diera cuenta de que intentaba atravesarla con rayos inexistentes.
Ella captó que la estaba viendo y sonrió inocentemente. Dejó su aparato electrónico en el bolso que reposaba sobre la mesa y me prestó atención.
—Lamento no decirte lo de la clase, pero no quería estar sola—se disculpó a pesar de que no había dicho ninguna palabra.
—No te miro de esta forma por eso—aclaré.
Sus cejas se fruncieron un momento, no entendiendo entonces la forma de cómo la mirada. Hasta que segundos después sus ojos se abrieron en grande y sonrió apenada esta vez.
—Ya dije que lamento haber interrumpido tu apasionante besuqueo con ese extraño. Pero no fue mi idea de que me esperaras para volver juntas.
Tenía razón, no era su culpa que cortara mi beso con el extraño de bonitos ojos. Era mía, y gran parte de Richard, por lo que cuando lo viera lo golpearía.
