Becca.
—¿Eso fue todo lo que hablaron? —preguntó Violett.
Yo asentí, mordiendo una papa frita.
Ya era de noche, por suerte mi amiga no tenía que trabajar hoy. Así que aprovechamos para pedir comida chatarra y helado para que yo le pudiera contar lo que hable con nuestro ahora profesor, Christopher, alias que rico que besa.
Le dije a Christopher que no le contaría a nadie, pero ya era tarde, mi mejor amiga lo sabia incluso antes de saber que sería nuestro profesor en la universidad. Y por Dios, era mi mejor amiga, no podía guardarle lo sucedido a ella.
Me mataría la ansiedad por querer contarle a alguien, y ella por no contarle algo tan importante como eso.
—Bueno... tienes que entender que las relaciones entre profesor y alumna son prohibidas. Sería peor el caso si fueras menor de edad.
—Sociedad de mierda—respondí simplemente.
No era que pensara tener una relación con mi profesor, bueno, tal vez encontrarme con él y tener sesiones de besos, terminar lo que no pudimos concluir la noche anterior en el baño del club. No iba a casarme con él.
Era evidente que ambos nos atraíamos, y la edad no era un problema, creo. Al menos yo ya tenía más de veintiún años. Él no sabía, pero no parecía ser mayor de treinta años. Al momento de retirarme del aula actué como si no importara mucho, pero no lo dejaría así. Claro que no, ya había probado sus labios, y ahora quería más, lo quería para mí, y lo tendría.
—Conozco esa mirada—señaló—. ¿No lo dejaras así, verdad?
Sonreí en grande y le di un gran mordisco a mi hamburguesa grasosa. La comida chatarra era una de mis favoritas, luego de probarla por primera vez no pude detenerme y comencé a consumirla seguido. En mis comidas no podían haber verduras, solo unas pocas, no sabía muy bien por qué, pero las detestaba.
—Claro que no. No puede casi meterme los dedos, y al día siguiente hacer como si nada. Le voy a demostrar que lo vuelvo loco. Que me desea tanto como yo a él—dije, al terminar de tragar.
Ella negó divertida, levantó la mano, esperando que chocara los cinco, y así lo hice.
—Amo tu sutileza al decir las cosas. Es evidente que no le eres indiferente. Estaba nervioso cuando los deje solos.
No sabía si nervioso, pero de que mi presencia le causaba algo era notable. De solo pensarlo me ponía ansiosa. Christopher se estaba por convertir mi preciada presa, solo debía mover algunas cosas, hacer ciertas situaciones, y todo estaría como yo quería.
—Le habría arrancado la camisa, pero no pude—mencioné dándole un sorbo al vino que tenía una copa.
El simple sabor de esa bebida me hizo recordar el beso en medio del baño con el castaño. No porque él hubiera estado bebiendo vino, sino porque yo en ese momento afirme más que nada el amar el vino al degustar el sabor de sus labios con whisky.
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Ambiciosa Atracción © ✔️
RomanceIntrépido Amor #1. Becca Edwards es una carismática, dominante e intrépida joven con un pasado misterioso el cual la atormenta en secreto. Una noche antes de regresar a clases en la universidad, mientras espera a que su mejor amiga salga de su trab...