Intrépido Amor #1.
Becca Edwards es una carismática, dominante e intrépida joven con un pasado misterioso el cual la atormenta en secreto.
Una noche antes de regresar a clases en la universidad, mientras espera a que su mejor amiga salga de su trab...
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Becca.
Tragué saliva. La poca que mi cuerpo producía en este momento.
La situación se estaba saliendo de control. Tenía a mi madre apuntándome con un arma que en cualquier momento podría dispararme, a Roxanne en un rincón comenzando a llorar y un cuerpo sin vida a unos pocos metros.
Lo primero, quitarle el arma a mi madre y retenerla lo más que pudiera.
No podía matarla, la idea era detenerla y enjuiciarla por sus planes más los actos cometidos durante todos estos años, no podía equivocarme o todo podría salirse de control rápidamente arruinando gran parte de lo planeado.
—¡Solo tenias un trabajo!—comenzó por gritarle a Roxanne—¡Tenerla amarrada y quieta! ¡¿Tan difícil era?!
Alcé las cejas algo sorprendida, no tendría que encargarme mucho por retenerlas viendo cómo se estaban por atacar entre ellas gracias a la ineptitud de la rubia.
Pensé que iría corriendo en dirección al cuerpo inerte de Jake, pero ni lo volteo a ver, solamente estaba sorprendida de que me deshiciera de él tan rápido sin que se diera cuenta o pudiera intervenir.
Miré de reojo el cuerpo, no fue más que otra pieza para su juego y gozo.
—Tú—llamo Victoria—, ni pienses en que podrás hacer algo, no conmigo aquí.
Alzó el brazo con el arma en mano para apuntarme. El estar indefensa ante ella no me provocó nada, tal vez otra persona se hubiera puesto a temblar o implorar el que no le hiciera ningún daño, pero no yo.
«Nunca le rogaría perdón».
Ya había visto a personas en mi situación, la muerte no me daba miedo, además, estaba segura que no sería yo quien muriera esta noche a parte de Jake.
—¿No tienes curiosidad por saber desde cuándo estuvimos delante de ti?—indagué con tranquilidad.
Hice el primer movimiento de deslizarme por la habitación, debía ganar tiempo a que llegaran y también el preparar mis pobres músculos por si era necesario pelear.
El arma de Roxanne también se alzó en su mano. Se veía patética intentando darme miedo con eso.
—¿De qué hablas?—sus cejas se fruncieron, curiosa.
Interiormente sonreí en grande. No pensé que caería tan rápido.
—Victoria, es absurdo que hasta este punto sigas creyendo que siempre estuviste a salvo—alardeé.
Un fuerte zumbido provino del bolsillo del pantalón que llevaba puesto Victoria, sin embargo ella lo ignoró por completo. Estaba claro que eso debía ser una llamada urgente, mas ella no le interesó.
—No sé a qué te refieres.
Blanqueé los ojos, liberando un suspiro para darle más dramatización a la situación.
