Capítulo 14 🍎

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Becca

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Becca.

Estacioné en el mismo parque que la primera vez que me subió a su auto. Ese día no creí que algo tan excitante como asombroso entraría en mi vida.

Me quité el cinturón sin decir nada. No pasaron ni cinco segundos que Christopher tiró de mi brazo, poniéndome encima de él. Me reí en el proceso, pensé que aguantaría más, al menos él ya que yo no lo haría.

Al sentarme sobre sus piernas tuve cuidado de no golpear por accidente mi dedo lastimado.

—Me encanta tenerte sobre mis piernas—hizo su asiento para atrás, de esa forma no estaríamos en una posición incómoda.

—A mí más, de esta forma no conseguirás escapar.

Comenté, refiriéndome a cuando huyo después de haberle hecho una mamada.

—Becca...—susurró.

Sus manos recorrieron mi cintura y pechos sin escrúpulos. Las mías no tardaron meterse debajo de la camisa que portaba, podía sentir como su piel quemaba bajo la yema de mis dedos.

Esta vez quería ir lento. De esa forma podría torturarlo hasta el cansancio.

Así que cuando acerqué mi rostro al suyo, comencé por rozar mis labios por su mejilla, hasta guiar mi boca a su oído.

—¿Desesperado, profesor?

Mordí el lóbulo de su oreja.

—¿Por besarte hasta que tu boca este hinchada y rojiza? Sí.

Una de sus manos sujeto con fuerza mi mentón e hizo que lo mirara. No sabía si era por la poca iluminación del auto o por ser de noche, pero quede hipnotizada con el cambio a un color más oscuro en sus ojos.

«Son hermosos».

Atrapó mi labio inferior con sus dientes y tiró de él.

Hice mi cabello a un lado, soltando un leve gemido. El muy maldito sabía cómo prenderme sin necesidad de mucho esfuerzo.

—Estuviste con tu mano en mi verga toda la jodida cena ¿Cómo no voy a estar desesperado?

Masculló cuando libero mi labio. Sonreí satisfecha al ver su reacción.

—No recuerdo que te hayas quejado o algo—manifesté.

Agarró una de mis nalgas y le dio un fuerte apretón. Vaya, si que estaba obsesionado con mi culo, pero como adoro que me nalguee no dije nada.

—No es como que podía decir algo teniendo a nuestros amigos frente a nosotros.

—No, no, no—puse mi dedo índice en sus labios—. Sé perfectamente que te echaste hacia atrás para que pudiera tocarlo con más facilidad.

Ambiciosa Atracción © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora