Capítulo 5 🍎

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Becca

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Becca.

—Déjame ver si entendí—dijo moviendo sus manos—. Dices que estuvieron a punto de tener sexo, en el mismo sofá en el que estoy sentada, ¿verdad?

Yo contuve una carcajada por su cara de espanto.

—Y también le diste tus bragas como regalo, ¿no?

Moví mi cabeza, confirmando.

—Descuida, lo limpie antes de que vinieras.

Ella se levantó rápidamente, y miro minuciosamente el sofá. Ahogó un grito al encontrar una pequeña mancha justo donde ella estaba sentada segundos antes.

Ahí ya no pude contenerme y me reí con más fuerza que mis gritos de placer de ayer por la noche gracias a los habilidosos dedos de Christopher. Al regresar después de dejar a Violett en su casa procuré limpiar todo y poner la ropa a lavar antes de irme a dormir.

Al parecer no estaba tan despierta como creía.

«Oops».

—Parece que no limpie tan bien como creía—me burlé.

La rubia me dio una mirada de muerte. Era su lugar favorito para sentarse en el sofá, decía que era muy cómodo para su trasero luego de trabajar horas, o estudiar. Ese dato no tuvo importancia cuando estuve con Christopher, casi nada de lo que me rodeaba tuvo importancia estando cerca de él.

Además de que Violett era algo obsesiva con la limpieza.

—Regresando al tema anterior—musitó sentándose de nuevo, pero ya no en el mismo lugar—. ¿Estás segura de tener ese tipo de acuerdo con él?

Puse los ojos en blanco. Era como la quinta vez que lo preguntaba y yo seguía respondiendo de la misma forma.

Mi mejor amiga había llegado a visitarme porque falte a la universidad hoy, tampoco voy a ir a la clase de Christopher. Tengo planeado hacer otra cosa.

La situación es que tenía una hora libre, y ya llevamos media hora charlando. Le conté que solo acordamos tener sexo y que lamentablemente no pudimos llegar a más por la llamada que interrumpió todo. Pero ella sigue con la duda. Dice que nada bueno saldrá de esto, lo típico. Y la entiendo, pero no creo que deba preocuparse.

—Violett, no tienes que preocuparte. No nos casaremos, solo sexo—declaré con firmeza.

De su boca escapó un ligero suspiro de rendición.

—Ya lo sé—emitió—. Odias todo lo que tenga que ver con bodas. Pero sabes que terminara mal. Los libros me han enseñado que siempre este tipo de encuentros, relaciones, o acuerdos, como quieras llamarle, terminan mal.

—Te recuerdo, que no es un libro de los que estas acostumbrada a leer, es la vida real. Y no todo siempre tiene que terminar en desgracia.

Mordí con fuerza mi hamburguesa, estaba comenzando a molestarme. Y ella lo notó.

Ambiciosa Atracción © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora