Carta #2

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Christopher:

Ha pasado algo de tiempo desde que escribí la primera carta. Por lo que volver a hacerlo me es difícil, pero nada es imposible si es por ti, Christopher.

No estoy segura de qué escribir, así que primero preguntare:

¿Cómo estás? Ha pasado más de medio año sin verte, así que ya no sé cómo te ves o sientes.

Espero que mucho mejor que yo. No sabes lo difícil que es no buscarte, no verte, no extrañarte. No salir corriendo de donde estoy para abrazarte de nuevo.

Sin embargo debo poner todo de mí para hacerlo, de esa forma podre asegurarme que estarás bien siempre, al menos hasta que consiga lo que estoy haciendo.

Me gustaría mucho poder contarte, hacerte entender el porqué estoy demorándome el volver a ti, pero es imposible si deseo mantenerte seguro y a tu hijo. No soy una persona insensible, sé quién es tu responsabilidad en este momento, y eso era lo que quería cuando me marche.

No obstante, no negaré que me siento de una forma horrible por haberlo hecho. Sé que me querías a tu lado, cada noche recuerdo tu rostro empapado de lágrimas pidiéndome que no me fuera.

Y aún así lo hice.

He hecho cosas horribles de las cuales nunca te hablé, y creo que nunca lo haré, no quiero que pierdas ese poco cariño que me tienes.

Tal vez te preguntes la razón de escribir cartas, y es una muy simple pero como aterradora. No puedo decirte mucho, simplemente que estoy borrando rastros de lo que fui para demostrarte lo que deseo ser.

Las cartas desde tiempos antiguos han sido un medio seguro para que los amantes puedan comunicarse, al menos eso es lo que yo sé. Sin más, este es un medio seguro por el cual puedo hablarte.

Aunque decidas no responder.

Diablos, no sirvo para escribir una carta, no sirvo para tenerte, y aún así lo quiero. Tal vez no entiendas nada de lo que dije, no importa, no será la última vez que mandaré cartas, simplemente espero que las leas.

Y por favor, cuídate del verano.

Te amo.

Por siempre tuya, Becca.

Dejé el bolígrafo al terminar de escribir las últimas palabras. Esas últimas letras que siempre serian una verdad imborrable en este o cualquier mundo. Pasé las manos por mi rostro, demostrando de esa forma lo difícil que me fue el terminar esa segunda carta.

—No creo que pueda responderte una carta sin saber exactamente dónde estás, Becca.

Respiré hondamente.

—Sabes que eso no es un impedimento para mí sí el decidiera escribirme.

—Claro, como si él supiera que ahora mismo estas en Italia—recalcó él.

Elevé la cabeza. Adam estaba apoyado en el marco de la puerta de la oficina. Su aspecto seguía igual desde que partimos a Europa, ya llevábamos en nuestro tercer país visitado. Italia era un lugar hermoso, tenía una rica cultura y excelentes lugares a dónde a uno le gustaría ir acompañado con alguien importante.

Ambiciosa Atracción © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora