Su mejor amiga se sentó en la cama. Podía ver la curiosidad y la preocupación en sus ojos. Quizá si le hubiera contado a Julia la verdad—como debería haber hecho en su día con Natalia—ahora no estaría en aquella situación.
Le alteraba la reacción de su amiga cuando supiera lo que llevaba haciendo un año y medio. Ocultándoselo incluso a ella.
Al menos Julia no la tomaría por loca.
—Natalia es una chica del siglo XX.
—Ya, y yo soy actriz de telenovela.
O sí.
—Julía, te lo estoy diciendo en serio.
—¿Cómo va a ser una chica de hace dos siglos, Alba? Que la rubia eres tú, no yo.
—Vamos a ver—se quitó el reloj y se lo mostró—. Esto es una máquina del tiempo. Llevo viajando hacia atrás desde hace un par de veranos hasta 1985. Allí conocí a Natalia. Mi idea no era enamorarme de ella, solo me gustaba su música y quería evitar...
—A ver, marcha atrás que me dé tiempo a asimilar. Que coges el turbo y me pierdo, centella—cogió el reloj y lo examinó detenidamente.
Alba sabía que a simple vista solo iba a ver un reloj de muñeca. Estaba hecho así adrede, para no levantar sospechas ni siquiera en su padre, quien podría haberlo reconocido.
—¿Es una jodida máquina del tiempo? Bueno, qué pregunta, pues claro.
—En otra ocasión te enseño cómo funciona.
—Claro, claro. Entonces, si no pretendías enamorarte de ella, ¿cómo ha pasado?
—Pues yo qué sé, Julita. Ha ocurrido y ya. Es una simple reacción química, algo que nunca...
—Habías experimentado—acabó la frase Julia.
—Exacto.
—Dime la verdadera razón de esos viajes. Necesito entender por qué cometerías una imprudencia como esa. Si tu padre se entera...
A veces se le olvidaba que Julia era capaz de dejar a un lado la máscara despreocupada y bromista. Principal motivo por el que llevaba tantos días sin cogerle las llamadas. Hasta que tuvo que enfrentarla inesperadamente cuando se plantó en su casa.
—No se puede enterar, Julia. Además, nadie se ha dado cuenta de nada. Lo estoy consiguiendo, estoy cambiando el pasado.
—¡Qué ha dicho!
—Para bien. Y sin crear ningún problema—trató de tranquilizarla.
—Mira, cuéntame ya todo el tema antes de que me pete el cerebro. Más de lo que ya lo ha hecho, en realidad.
Alba le narró a su amiga todo. Le habló sobre sus tatarabuelos, la historia tan cruel e injusta que vivieron por culpa de los padres de Paula, el papel de Rodrigo, el final de la misma... Le contó porqué había empezado con los viajes al pasado, cómo había dejado K.O a Rodrigo en aquel baño, le describió el collar que llevaba Paula y con el que la vigilaba por si algo salía mal, los empujoncitos discretos que le había dado a Mario para que se lanzara. Como eso último no resultó como esperaba y tuvo que cambiar el objetivo a Paula.
Cuando llegaba a partes en las que se mencionaba a los Lightning y a Natalia, su amiga abría los ojos por el tono que empleaba. Porque hablaba de ellos con un cariño especial, dejando ver que los consideraba de verdad amigos y no simples personajes secundarios o terciarios del plan que ella misma había tramado. Mostraba tristeza cuando Natalia se colaba en la historia. Dejando ver que se había enamorado de ella de verdad. Que se arrepentía de que hubiera pasado por el dolor que le causaba.
ESTÁS LEYENDO
Garito temporal
FanficUna chica, que acude cada sábado por la noche al local de moda, llega tarde al concierto de su grupo favorito: Los Lightning. La imagen de portada es de rebecaesc