Cara A.

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Lanzó la moneda al aire. Dio varias vueltas antes de caer, girando sobre su propio eje antes de detenerse por completo y dejar al descubierto la cara que había elegido el azar.

Cruz.

Natalia pegó un zapatazo en el suelo al ver el resultado. Había perdido.

—Pues entonces metemos Qué asco me da la política cantada por Nat—apuntó Sabela en su libreta.

Todo el grupo volvió a reír cuando Natalia bufó.

Estaban en el amplio estudio de grabación que les había cedido la discográfica para el futuro disco. Solo les quedaba ponerse de acuerdo en qué meter. Cuando se barajó la posibilidad de que una de las canciones estuviera cantada por Natalia, la guitarrista se cagó de la responsabilidad que eso iba a conllevar. Por lo que decidieron lanzar una moneda al aire. Cara: la cantaba Jorge y ella aportaba coros; cruz: la cantaba ella de principio a fin.

—Me la vais a pagar, cabrones.

—Natalia, que no es para tanto. Vale, en total serán siete canciones—iba escribiendo Sabela—. En la cara A pondría El capullo de mi jefe, Qué será de este país, Cállate, mamón y la última...

Con una guitarrita —levantó la mano S, sentado en el sofá hinchándose a gomitas.

—¿No será mejor dejar esa para la cara B?

—Tío, en la cara B metemos las tres mejores. Y en esa se incluye . Pensamiento de empresario, Jorgito.

—¿Y sí lo hacemos al revés? En la cara A ponemos las tres mejores y Cállate, mamón; y en la cara B las que irían en la A.

—No sé, ricitos... —se llevó una mano al mentón Jorge.

—Chicos, esto tiene que estar para hoy—les avisó Sabela, que se había levantado para servirse un café. El tercero del día.

—Sabela, no nos metas tanta presión —lloriqueó María.

—Podéis echarlo a cara o cruz también.

—Ni de broma —se negó rotundamente Natalia.

Bastante había tenido ya con jugarlo todo al azar. Seguro que perdía la opción que ella veía más adecuada. La que había propuesto Sabela.

—Pues decidid, mis punkis.

—Somos cuatro, se vota y ya está—dijo Natalia abriendo la libreta que tenía abierta sobre su regazo—. Yo estoy con Sabela. Una buena opción es la suya. La otra es la que nos falta por sacar. Cuando las tengamos ambas, pues se vota y se acabó el problema.

—Vale, pues pon que en la cara A se meta la que yo he dicho.

—Venga, acepto la petición de S.

—De hecho, si en la cara A ponemos las que ha dicho Sabela, en la B irán las restantes. Si tampoco tenemos tantas canciones, troncos—se tiró en el sofá María abriendo los brazos en el aire.

—¡Entonces no votamos! —se echó a reír Natalia.

—Lo qué os cuesta poneros de acuerdo—negaba la manager con la cabeza sin poder contener la risa—. Bien, a ver si me queda claro. Cara A: El capullo de mi jefe, ¿Qué será de este país?, Con una guitarrita y ¡Cállate, mamón! —volvía a apuntar concentrada—. Por lo que en la cara B se incluye: Qué asco la política, Para drama, llegar a fin de mes y la Nana feliz.

Correcto, manager—asintió Jorge apagando el cigarro.

—Fabuloso. Una cosa menos. Iré a llevarle esta decisión a Sebastián en cuanto acabemos. Lo siguiente para hoy, las fotos del otro día. Magníficas. La idea es que después de vuestro próximo concierto salgáis en la SuperPop.

Garito temporalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora