Hoy era el día en que comenzaba a tomar mis clases, pero ya no estaba tan ilusionada como antes. Porque no quería ir a la escuela ya, pero negarme a una orden dicha por mi madre sería lo peor. Porque ahora nuestra relación había mejorado bastante y ya hablábamos mas frecuentemente. Sin embargo, siempre se terminaba enojando conmigo por no contestarles sus preguntas sobre el padre de mis bebes y es que no quiero hacerlo. De repente siento unos toques sobre mi puerta y voy a abrirla.
-Buen Día, mami. -le contesto cuando la deje pasar a la habitación.
-Valentina te voy a regresar tu celular, pero si me bajas las calificaciones o te vuelves a desaparecer toda una maldita noche. Créeme, que no lo volverás a tener de vuelta y lo tiraré por el inodoro. -Hablo mi madre seriamente extendiéndome mi celular y lo tome rápidamente.
-No lo volveré a hacer, te lo prometo. -le conteste y era la verdad.
Jamas me volveré a ir, porque vi lo mal que mamá se encontraba y no es justo que yo le haga algo así. Paso a colocarme mi abrigo ancho para poder ocultar mi panza de diez semanas y que nadie se de cuenta por el momento.
-Vamos, que se me hace tarde para ir al trabajo. -Hablo mi madre. Camine hacia la cama, tome mi mochila y salí detrás de ella.
Al llegar al auto, nos subimos y decidí echar un vistazo por todo el camino de casa hacia la escuela. Algo bueno de ir a la escuela, es que podré ver a Abigail y saldría de casa todos los días. Creo que no mencionaré lo del embarazo a nadie y solo se lo diré a mi mejor amiga. Trataré de ocultarlo lo mejor que pueda y con este abrigo pienso que lo conseguiré por ahora. Luego de varios minutos dentro del auto, mi madre lo detuvo delante de la escuela y paso a dejarle un beso a mi madre en la mejilla para luego bajarme del auto.
-Que tengas buen día, hija. Te amo. -dijo mamá.
-Yo más mamá. -le conteste y le cerré la puerta del auto.
Sigo caminando hasta lograr entrar a la escuela y busco con la mirada a mi mejor amiga Abigail; pero no la conseguí. Rápidamente tomo el móvil, lo enciendo y espero hasta que salgan todas las notificaciones de las aplicaciones. Como llevaba mucho tiempo apagado, comenzó a vibrar en mis manos y le daba a desviar a todas las que no me interesaban. Mientras continuaba caminando pendiente al camino y de reojo a la pantalla del celular hasta que siento como alguien me abraza por mi espalda provocando que levantará mi rostro.
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Dos Pequeños Desliz
General FictionConoce la historia de Valentina, una niña de tan solo 18 años. Para celebrar su cumpleaños número 18, decidió ir a un bar a pasarla bien junto a su mejor amiga y su hermanastra. Esta niña, esa noche conoció a un hombre mayor. Esa noche en el bar est...