Capítulo 35: ¿Tu papá embarazó a su amiga?

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EL CAPÍTULO CONTIENE CONTENIDO SEXUAL, ESTÁ A SU DISCRECIÓN LEER O NO.

Quise introducir mi lengua en busca de la suya, pero Ezequiel detuvo el beso profundo. Sin embargo, no se apartó y se quedó como a un centímetro de distancia de mi rostro.

—Me falta decirte algo más, muñequita. —le asiento sin decir nada para que continúe. —Isa y su madre se quedarán en mi casa por unos días. —Hago una mueca de confusión y de desilusión al mismo tiempo. —Nena, solo será hasta que consigan un lugar a donde mudarse y debes saber que no pienso compartí y ni compartiré la misma habitación con ella. Valentina no pienso lastimarte con mis acciones y espero que estes confiando en mi palabra.

—Confío en ti, Profesor Núñez. —respondo y es que tampoco me quedaba de otra.

—Quiero que sepas que a Isa la amé mucho en el pasado, pero ahora simplemente la quiero como a una amiga y la respeto por haberme dado el privilegio de ser padre por primera vez. —Deja un beso corto y luego choca su frente con la mía. —¿Entiendes lo que te digo, muñequita? —le asiento sonriente y lo besó de vuelta.

Paso mis manos por detrás de su cuello cuando el beso se fue transformando a uno profundo y Ezequiel aprovecha una separación de mis labios para introducir su lengua. Nuestros labios se rozaban una y otra vez, mientras mis manos llegaban hasta el final de su camisa. Rápidamente intentó subirla, pero él me detuvo hablando sobre mis labios.

—Valentina, tu embarazo está muy avanzado y creo que no deberíamos hacer esto. —confiesa y yo sonrío.

—Yo sí creo, porque lo deseo. —murmuró en voz baja y pasó a levantarme para quitarme primero el abrigo.

—Niña, yo también lo deseo; pero por el bien de nuestros hijos no creo que sea prudente. —Hago una mueva a escucharlo llamarme niña y él sonríe. —Estaba leyendo sobre el tema de embarazos múltiples y leí que luego de los seis meses no es aconsejable tener sexo.

—Aún me faltan dos semanas para los seis meses y hasta ahora la ginecóloga no me ha prohibido nada.

Esta vez me alzó el vestido sacándolo por la cabeza y luego lo dejó caer al suelo con sensualidad, así como la primera vez que lo hice. La única diferencia es que esta vez no me doble en su dirección y es que con mi panza abultada imposible que lo haga.

—Esto me trae muy gratos recuerdos, niña. —Habló Ezequiel quitándose la camisa y yo prosigo por bajarme las medias para el frío.

Después se levantó para abrirse el cierre del pantalón, se lo baja llevándose junto con sigo el bóxer y luego se acerca a mí para hacerme girar. Para luego terminar rodeándome por mi cintura y se aprovecha para pegarme a su cuerpo. Jadeo involuntaria a sentir su erección por encima de la tela de mi panti y luego siento sus manos por mi cabello haciéndolo a un lado para terminar sintiendo sus suaves labios sobre mi cuello.

Dos Pequeños DeslizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora