Prólogo

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Mi nombre es Valentina Gómez y tengo 18 años

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Mi nombre es Valentina Gómez y tengo 18 años. Actualmente curso mi último año de la escuela superior y soy la típica nerd. La chica que mejores calificaciones tiene, la mejor portada en la clase, las que todos los profesores amaban y obvio era la más ejemplar, pero en mis vacaciones de verano cometí un pequeño error. Para mi familia fue un gravísimo error, pero para mí fue lo mejor que me pudo haber pasado en mi corta vida.

A continuación, les contaré un poco de mi historia para que me entiendan y me juzguen ustedes mismos.

El día 10 de junio, fue el día en que cumpliría mis tan anhelados 18 años y pasaría a ser mayor de edad. Bueno para algunas cosas, como por ejemplo: comprar alcohol o cigarrillo, poder visitar lugares de adultos y poder tomar libremente sin la autorización de algún adulto. Ese día mi mejor amiga y mi hermanastra me insistieron para que las acompañara a un bar. El propósito era: para celebrar que ya podía asistir a los lugares de adultos e ingerir alcohol. 

Al principio no quería asistir, porque nunca he sido de esas chicas que le gustaba salir a beber y a bailar, pero terminé aceptando su invitación al finalizar el atadecer. Esa misma noche, en el bar, comencé a tomar y como no estaba acostumbrada a hacerlo, mi cabeza no tardó en comenzar a darme muchas vueltas. Justo recuerdo que me encontraba bailando con mi compañero de salón Anthony y mientras bailaba con él, pude sentir una de sus manos subiendo y bajando desde mi espalda a mis glúteos.

Mierda, en ese momemto me separé de él, de golpe y comencé a caminar hacia la mesa en donde se encontraba mi hermanastra Alicia para llamar su atención. Alicia se encontraba tan entretenida en su conversación con el chico que la acompañaba, que ni siquiera me prestaba atención y no tuve de otra que salir de aquel bar. Comencé a caminar para alejarme del bar mientras tomaba mi móvil y le marcaba a mi mejor amiga Abigail. 

De repente comienzo a sentir un poco de temor cuando observo cómo se me acercaba un hombre mayor y comencé a caminar mucho más rápido. Al principio todo me pareció extraño, pero me invitó un café y yo lo terminé aceptando.

¿Qué más le puedo decir?

Solo que terminamos en su casa, en su cama y sin ropa. Solo un favor les pediré y ese que nunca me pregunten el porque acababa de acostarme con un completo desconocido. Porque si me lo preguntan, no sabría que decir porque es que ni siquiera yo misma sé la respuesta.

Sí, siempre supe que ese hombre era mayor que yo. Sin embargo, desde siempre he sentido cierta atracción hacia los hombres mayores, altos y musculosos.

Al cabo de un mes, me di cuenta de que estaba jodidamente embarazada de aquel hombre totalmente desconocido para mí y con el pasar del tiempo tuve la sorpresa de encontrarme nuevamente con ese hombre. Y para acabar de males, no era nada más y nada menos, que mi maldito nuevo profesor de matemáticas.

Dicen que las casualidades no existen, pero yo acabo de comprobar lo contrario.

¡Hola mis queridos lectores!

Quise narrar desde dónde se conocieron, porque quiero contar a través de su historia las dificultades que conlleva esa decisión y más ir directo al grano. A lo que nos interesa jajajaj 🤣

Solo quizás, no haya un final feliz. (Todavía lo estoy pensando, pero todo puede cambiar en el camino, quien sabe. Porque cuando escribo todo suele pasar.)

Con aprecio,

Ivettebee

Dos Pequeños DeslizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora