Capítulo 41: Emancipar a Valentina

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Regresé justo a tiempo a la casa de Alicia, porque tan pronto entre al baño para darme a una ducha se escuchó el timbre y unos minutos después la voz de mi madre resonó en todo el pasillo

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Regresé justo a tiempo a la casa de Alicia, porque tan pronto entre al baño para darme a una ducha se escuchó el timbre y unos minutos después la voz de mi madre resonó en todo el pasillo. Alicia le había dicho a Alexis y a mi sobrino lo de la migraña y que no saldría del cuarto porque la luz me molestaba. Ambos le creyeron y es que Alexis había salido a trabajar desde muy temprano. Justo llegó cuando me encontraba en la sala jugando con mi sobrino unos minutos antes de irme a bañar para la cena y es que la suerte estaba a mi favor.

Alicia me recomendó que al menos jugará con el niño media hora y es que los niños todo lo cuentan. Así que podría correr el riesgo de que mi sobrino Alex dijese en la cena que no vio a su tía en todo el día y mamá podría dudar de mi mentira. No quería un interrogatorio este día y ahora solo quería sentarme a comer con toda mi familia. Porque la verdad es que desde que Alicia se mudó no lo habíamos hecho y claro que extrañaba estos momentos.

Termino de recoger mi cabello en una coleta y me coloco unas pantallas en color plata a juego con la pulsera que me regaló Ezequiel. Luego salgo al fin de la habitación con unas gafas oscuras que me coloque a mitad de camino y es que debía ahora jugar a ser una excelente actriz. Sonrió con maldad, pero trato de controlarla antes de llegar a la sala.

—¡Buen provecho a todos! Aunque ya veo que no esperaron por mí. —confieso caminado hacia mi madre para dejarle un beso en su mejilla y luego paso a saludar a Alfonso. Justo cuando voy a tomar asiento en la silla vacía que se encontraba al lado de mi madre, ella me detiene tomando mi mano y observando atentamente la pulsera.

—¿Y esto de dónde salió, Valentina? —Mi cuerpo se acaba de tensar al escuchar su pregunta y rápidamente trato de decir algo.

—Derek me la regalo. —Suelto lo primero que se me ocurre y justo él es la única persona que podría regalarme esto. Ella suelta mi mano al fin y tomo asiento justo a su lado. —¿Y mi comida?

—Ahora te la sirvo. —me contestó Alicia poniéndose de pie y caminando a la cocina.

—¿Derek? —articula mamá como si no me hubiese creído y luego sonríe. —¿Crees que soy una tonta y me voy a tragar esa mentira, Valentina?

—No es una mentira es la verdad, Derek me dio esta pulsera y es que recuerda que somos amigo, mamá.

—Entonces explícame señorita: ¿Cuándo fue que te la dio? —pregunta y me quedo totalmente tiesa.

—Valentina llegó a ir a su trabajo, pero como no soportaba el dolor volvió y justo yo le pregunté lo mismo cuando regresó a casa. ¿Verdad que esta preciosa la pulsera, mami Alexa? —Rápidamente miró a Alicia regalándole una sonrisa tímida y tomó el plato que me ofreció.

—Justo él fue el que me regresó a la casa y por eso te llame casi a las diez de la mañana. —le sigo la mentira a Alicia y ella parece creernos a ambas porque solo asiente. No dice nada más y toma el vaso de jugo para darle un sorbo.

Dos Pequeños DeslizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora