Capítulo 2: Conoci a Ezequiel I

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Aún continuaba sentada en la silla de este bar, observando todo a mi alrededor y me había tomado no sé cuántos vasos sangrías

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Aún continuaba sentada en la silla de este bar, observando todo a mi alrededor y me había tomado no sé cuántos vasos sangrías. Solo sé que fueron más de dos y su sabor era un poco extraño, pero no era tan desagradable como su olor. De inmediato mi vista se fijó en Anthony, que se acercaba a mí con un vaso entre sus manos y luego tomó asiento a mi lado.

-Esto es para ti. –Hablo Anthony dejando el vaso sobre la mesa y lo mire extrañada.

-A poco crees que me voy a tomar algo que venga de ti. -digo mirándolo obvia.

-Vale, detente. –Hace una pausa para tomar asiento en la silla que quedaba a mi lado y le niego con mi rostro. ¿Por qué yo no lo había invitado a sentarse? -Lamento lo del beso, pero solo vengo a acompañarte y no dejarte sola. Porque mira la cantidad de hombres que están comiéndote con la mirada.

-Empezando por ti. –Contraataque.

-A ti no se te puede tratar con cariño, porque siempre estás a la defensiva. –Imbécil una y mil veces más. -Princesa yo siempre he sido claro contigo, pero la que no me aceptas eres tú.

-Gracias por lo de princesa, pero no para ti.

-Paremos de pelear, ¿sí?–dijo mirándome esta vez con su rostro serio.

-Cuando empieces a respetar a las chicas, ese mismo día, yo te comenzaré a respetar. –le prometo y este volvió a soltar una enorme carcajada.

-Pienso que no deberías creer todo lo que se cuenta, porque puedo ser muy cariñoso con la mujer que me gusta. –dijo mirándome pícaramente.

-Eres y seguirás siendo un imbécil para mí. –Vuelve a dejarle claro y él no tardó en acercarse bastante a mi rostro.

-Quieres que te vuelva a besar. -Hablo demasiado cerca de mis labios y yo abrí mis ojos de golpe. Rápidamente me acomodo mejor en la silla y me alejo de su rostro. –Por eso, estas así. –dijo acercándose un poco más.

-Mira pedazo de imbécil, cuando entenderás que no me gustas y que no tienes nada que llame mi atención.

-Chicos.... ¿Van a seguir peleando? Porque no levantan sus traseros del asiento y van a mover sus cuerpos a la pista de baile. –propuso Alicia y le doy una mirada amenazadora. ¿Cómo se atreve a hacerme esto?

-Tu hermana es muy infantil, para aceptar bailar con un hombre como yo. -escucho Anthony y luego sonríe como un imbécil que es.

-¿Saben? Dicen que si uno pelea tanto con la misma persona; es porque le atrae. –Hablo Alicia y entonces la mire muy mal. Luego le enseñó el dedo del medio y se fue con una sonrisa de burla en su rostro.

-Oye, ¿tú no te cansarás nunca de molestarme? -le pregunto.

-Creeré que te pone nerviosa estar cerca de mí y por eso, no quieres bailar conmigo.

Anthony acaso nunca va a entender, pero qué más das. Mierda, este era mi día y tenía que disfrutarlo al máximo. Creo que no deberías estar toda la noche sentada peleando con este idiota que no entrara en razón y con un poco de pesar terminó diciéndole lo siguiente.

Dos Pequeños DeslizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora