Capítulo 10: ¿Vomitaste verdad?

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Desde que había regresado a casa, me había encerrado en mi habitación y solo se escuchaban  los gritos de mi madre afuera de mi puerta

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Desde que había regresado a casa, me había encerrado en mi habitación y solo se escuchaban  los gritos de mi madre afuera de mi puerta. Pasaron los minutos ignorando los llamados y los toques de todos hasta que siento cuando abren la puerta de golpe. De inmediato, coloco la cabeza entre medio de la almohada y respiro profundo.

-¿¡Valentina Gómez Gutiérrez, donde estabas y porque saliste sin mi permiso!?  Acaso no entiendes que estas castigada y eso incluye no salir. Ahora me devolverás el celular y te quedarás si el, por mucho tiempo. –escuche a mi madre gritarme y suelto un suspiro.

Me incoporo en la cama, saco el celular de mi cartera y lo apago. Luego, se lo entrego y me cruzo de brazos observándola seriamente. ¿Porque no entiende que quiero estar sola? ¿A donde quedo mi privacidad?

-Basta Alexa, no vez lo mal que llegó Vale y solo te importa su celular. –Hablo mi padrastro Alfonso mirándola seriamente y mi madre soltó un suspiro.

-Ahora todos la van a defender a ella. –Hace una pausa. –Estoy segura que no tiene nada, solo está llamando la atención para evitar escucharme; pero lamentablemente me vas a tener que escuchar. –dijo con su vista fija sobre mi y su rostro muy enfurecido.

-Valentina, no es así y nunca haría un drama para llamar la atención. –Hablo Alicia defendiéndome y entrando a mi habitación.

-Por favor, solo quiero estar a solas. –les pido a todos.

-Vale, somos tu familia y nosotros solo queremos saber que te sucedió. –Hablo mi padrastro acercándose a mí. Luego me tiro su brazo por mi espalda, pero me levante de golpe de la cama y explote en un grito.

-No entienden que no quiero hablar con nadie y quiero que todos salgan de mi habitación. –grité de mala forma. 

No paso mucho tiempo cuando sentí un golpe en mi mejilla derecha y es provoco que soltará algunas lágrimas. Maldita sea.

-¿Por qué me pegas? -Volví a gritar.

-A mí me respectas y no me vas a andar gritando, entendiste. –grito mi madre justo delante de mí y me lleve mi mano a mi mejilla adolorida.

"Algo más, me podía salir mal en este maldito día." -pensé.

-Alexandra, ¿qué estás haciendo? Con pegarle no vas a conseguir que nos cuente nada y al contrario se lo callará. –Hablo Alfonso poniéndose de pie y caminando hacia mi madre.

-Ella es mi hija y yo sé cómo disciplinarla.

-Padre y Alexa dejen de gritar y dejemos sola a Valentina. Ella solo le está pidiendo espacio y no ven que anda invadiendo su privacidad. –les grito Alicia y estos se detuvieron a observarla a ella.

-Cuidado como me hablas, Alicia. -Hablo Alfonso, pero fue interrumpido por mamá.

-A mí no me grites Alicia, porque todo esto es tu culpa y no debistes dejarla salir. Cuando te lo había dicho; pero no, tenías que convertirte en su cómplice. –le grito mi madre furiosa a Alicia.

Dos Pequeños DeslizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora