—¿Eso quiere decir que no he cometido ningún delito? ¿Y por qué me distes a entender que sí? —bufo bastante molesto Ezequiel y su amigo le bufo en respuesta.
—Sigue siendo un delito, pero podría ser catalogado como un delito menor.
—¿Y qué pasaría si fuese un delito menor? ¿En qué me beneficia eso a mí?
Ezequiel hizo unas muy buenas preguntas y es que yo no entiendo nada de esto. Ni siquiera he pisado un reformatorio antes y mucho menos una delegación.
Porque soy una chica buena, estudiosa y muy miedosa como para llegar ni siquiera a robar algo de alguna tienda. Porque prefiero mil veces esperar a que mis padres me lo compren o ellos me den el dinero para adquirirlo.
Así que teóricamente nunca me ha interesado alguna vez cometer un delito y ni siquiera me llama la atención. Nada más de pensar que estaría encerrada en cuatro paredes sin ver a mi familia y rodeada de personas que son unas asesinas.
Uy, qué miedo me da.
Ay no, mejor ni pensarlo.
—Te beneficiaria en el sentido, de que el máximo de años para un delito menor es de cinco y necesitaré toda esa información para yo estar preparado por si algo llega a salir mal. —Julio me observa y entonces decido contestarle su pregunta.
—No lo sé, era la primera vez que tomaba alcohol y pues no sabría cómo responder a esa pregunta. —le confieso con la verdad.
Porque ni siquiera sé si podría catalogarse como que estaba en estado de embriaguez, pero si llegué a marearme un poco con el último vaso. Sin embargo, nunca perdí mi conciencia y mucho menos la razón. Así que él no solo tuvo la culpa y es que yo también quise irme a la cama con él aquella noche.
—Lo entiendo. —Hace una pausa y luego una mueca como si estuviera analizando lo escuchado. Al final dirige su mirada a su amigo. —¿Y tú podrías definir si ella estaba ebria o no? ¿Cómo la viste aquella noche, Ezequiel?
—No estaba ebria, pero si se notaba que había ingerido alcohol al igual que yo. —Julio giró su rostro hacia mí.
—¿Te mantuviste en pie toda la noche o te tambaleaba de vez en cuando?
—Me mantuve en pie. —le confirmó en voz alta.
—¿Y al otro día, te acordabas de todo lo que pasó?
Siguió preguntando y siento la mano de Ezequiel tomar la mía para apretarla. Ese simple gesto provocó que sonriera, pero también hizo que sintiera un poco de tranquilidad y es que no es nada cómodo hablar cosas privadas con alguien totalmente desconocido para ti.
No obstante, debo hacerlo, ya que él nos va a ayudar y eso es lo importante aquí.
—No me acuerdo de todo paso por paso, pero si tengo pequeños fragmentos de lo sucedido aquella noche. —confieso con la verdad.
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Dos Pequeños Desliz
General FictionConoce la historia de Valentina, una niña de tan solo 18 años. Para celebrar su cumpleaños número 18, decidió ir a un bar a pasarla bien junto a su mejor amiga y su hermanastra. Esta niña, esa noche conoció a un hombre mayor. Esa noche en el bar est...