Capítulo 61: Decepcionados de mí

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Valentina

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Valentina

—Sé que cometí un terrible error al haberme ido a la cama con Ezequiel esa misma noche y no haberme comportado como una joven decente lo hubiese hecho. Papá y mamá, siento mucho la vergüenza que les hice y que les sigo haciendo pasar al haber quedado embarazada de mi profesor. Siento tanto el haberles mentido y el decidir no haber confiado en ustedes desde el comienzo, pero ha sido producto del miedo que sentía.

Callo un momento para poder respirar y apartar las lágrimas que están pidiéndome a gritos volver a salir.

—Sin embargo, ya los cometí y ya no puedo devolverme en el tiempo para haber hecho las cosas como ustedes hubiesen querido que las hiciera. —confieso y callo por el gran taco que se ha formado en mi garganta.

Simplemente quiero volver a llorar y sé también que es algo que debo evitar hacerlo a toda costa. Principalmente por el bien de Isabella y de Isaac.

—Valentina, ¿a qué viene todo este discurso y justo ahora? —zanjó papá seriamente y respiro muy profundo.

—Porque quiero ser totalmente honesta y transparente con ustedes que son mis padres.

—¿Y no crees que ya es demasiado tarde para hacerlo? ¿Acaso nunca pensaste, en que eso debiste haberlo hecho desde un inicio y así te evitas el tener que vernos la cara de idiota a ambos? —Vuelve a hablar mi papá en el mismo tono y yo aprieto mis ojos para no llorar.

—Entiendo y acepto el que ambos se sientan decepcionados de mí y el que estén molestos conmigo por mis malas decisiones. Sin embargo, solo les estoy pidiendo que me escuchen y que me permitan contarles cómo sucedieron las cosas entre Ezequiel y yo. Esto es lo único que te pido, papá. —le suplico y él me niega de inmediato.

—Es que ya es demasiado tarde para querer venir a hacerlo, Valentina. —zanja papá con autoridad y gruño bajo.

—Creo que ningún padre debería negarse a la oportunidad de escuchar a su hija cuando ella está pasando por un mal momento y que con eso solo busca desahogarse para así poder aliviar su carga tan pesada. Al contrario, pienso en que los padres siempre deberían estar dispuestos a escuchar a sus propios hijos, aun así, sea algo que no les guste escuchar y que les incomode. —Contraataco y papá cruzas sus brazos seriamente, pero no intenta mover sus labios.

—Mi hija tiene toda la razón, Luis y no perderemos nada con escucharla. —me secundo mamá mirándolo y luego dirigió su mirada hacia mí. —Continúa, hija. —me pidió y eso provocó que me volviera a llenar de valentía.

—Quiero que sepan que yo nunca quise embarazarme a mis 18 años y es que esto solo ha sido una grandísima irresponsabilidad de mi parte. —confieso con la verdad.

Claro que entre mis planes de aquella noche siempre estuvo el acostarme con Ezequiel, pero nunca estuvo el quedarme embarazada de él y es que esto solo ha sido un pequeño desliz.

Dos Pequeños DeslizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora