Capítulo 51: ¿Casarnos el próximo sábado?

278 20 8
                                    

Estoy feliz de verlo y de poder decirle de frente la excelente noticia que le tengo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estoy feliz de verlo y de poder decirle de frente la excelente noticia que le tengo. Sin embargo, esperaré a que se estacione y guardaré silencio hasta que lo haga. Justo cuando se estaciono debajo de un árbol me giro para arrodillarme en el asiento del pasajero y lo miro a los ojos.

—Mi amor, hecha tu sillón hacia atrás. —Él me mira algo sorprendido y luego sonríe pícaramente para hacer justo lo que le pedí.

—¿Qué piensas hacer, muñequita? —pregunta en cuanto me ve tratando de pasar una de mis piernas por encima de las suyas y me ayuda agarrándome de la cintura.

—Solo quiero abrazarte y estar muy cerca de ti. No sabes cuanto te he extrañado estos últimos días. —dictó cuando quedó justo con mis piernas por encima de la palanca de cambios y con mi trasero encima de sus muslos. Él me sonríe en cuanto mis manos rodean su cuello y las suyas se encargan de enrollarse en mi cintura.

—¿Cuál es la noticia que me tienes, amor mío? —preguntó y pasó a llevar mis labios muy cerca de los suyos.

—Ya soy mayor de edad. —confieso por fin en voz alta y sin poder ocultar la emoción que me abarca decírselo. Él se me queda viendo sin reaccionar por unos largos segundos y decido seguir hablando. —Mis padres y yo acabamos de firmar hace poco tiempo atrás la declaración jurada sobre mi emancipación.

—¿No me estás mintiendo? —pregunta aún incrédulo y paso a dejarle besos cortos sobre sus labios, mientras digo lo siguiente:

—Jamás te mentiría con algo así y justo la próxima semana la llevaremos al regis...

No puede decir nada más, porque una de sus manos subió de mi cintura hasta colocarse detrás de mi cuello y siento como tira de mi rostro hacia delante. Mi hombre toma posesión de mis labios provocando que mis ojos se cierren en automático al sentir la calidez con la que me está besando. Estoy tan feliz de besarlo que ahora mismo no quiero que se detengan y anhelo que siga haciéndolo sin parar.

Mientras nuestros labios se rozaban pude sentir como su otra mano se introducía por mi camisa y acariciaba lentamente mi espalda baja provocando que un jadeo se me escapase. Oh Dios, su tacto provocaba un sin números de sensaciones dentro de mí. Al poco tiempo el aire me comenzaba a faltar y por tal razón, tuve que ponerle fin a este fogoso beso.

—Te cuento que el abogado también me dijo que esa declaración es irrevocable y que desde hoy empiezo a ser una mujer adulta. ¿Puedes creerlo, amor? —confieso dejándole un beso corto y él me sonríe.

—¿Cómo fue? ¿No tenían que ir a juicio ahora? —me preguntó sorprendido.

—Al hacer la declaración jurada con el abogado, ya no tendríamos que ir a juicios y es que con eso es suficiente. El juicio era si no teníamos un abogado y, por ende, necesitaría una representación legal. Olvídalo todo los del juicio y solo piensa que estamos muy cerca de lograrlo.

Dos Pequeños DeslizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora