Capítulo 25: ¿Estas nerviosa?

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Valentina

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Valentina

Luego de terminar las clases había regresado a casa con mamá para darme un baño y ahora me encontraba esperando a que Abigail llegará a casa. Esta vez nos llevaría mi mamá, porque su mamá no podía y pues a mamá no le molestaría llevar a mi mejor amiga también.

Me levanté del sillón en cuanto escuche el ruido del timbre y fui a recibir a mi mejor amiga. Abigail llevaba puesta una pijama color roja con rayas blancas y negras junto con unos tenis. En cambio yo llevaba puesta una pijama negra de rayas rojas y blancas; pero la parte de arriba me la tuve que dejar abierta y colocarme una camisilla blanca por debajo. 

Porque como se podrán imaginar ya no me cierra mi ropa de uso diario y tuve que usar el pijama que me quedaba más grande. Al igual que Abi llevaba mis tenis favoritos y ambas llevábamos el mismo abrigo de mezclilla. Por la noche la temperatura aumentaba y no quería pasar frío. Abigail y yo teníamos gustos similares y la mayoría de las veces íbamos de compras juntas.

Menos con los chicos claro está, porque a Abigail no le gustaban los mayores y siempre andaba con chicos de su misma edad. Rápidamente me hago a un lado para dejarla entrar y regreso a la sala junto con ella.

-¡Están preciosas mis hijas! -Habló mamá apareciendo por el pasillo y acercándose a Abigail para dejar un beso en su mejilla.

-Mamá, ya no podemos ir. -le digo.

-Solo denme unos minutos más a lo que me doy un baño y luego las llevaré. -Habló mamá y ambas le asentimos.

-¿Dónde están las llaves del auto? -le pregunté a mamá para poder guardar nuestros bultos.

-En la barra de la cocina. -me contestó mamá antes de darse la vuelta y caminar hacia su habitación.

-Vamos a guardar nuestros bultos en el maletero del auto y luego nos sentaremos en el balcón. -le propongo a Abigail y ella me asintió.

Luego de guardar los bultos en el maletero del auto con ayuda de Abigail, tomamos asiento en las sillas que tenemos en mi balcón y Abigail fue la primera en romper el silencio.

-¿Estás nerviosa? -me pregunta y yo le asiento.

-Solo un poco, porque ya he ido antes. -le confieso.

No me crean tonta estoy también pendiente a la puerta y tan pronto vea la cerradura moverse me callaré.

-Yo no me arriesgaría tanto como tú lo estás haciendo, ni sabiendo que mi mamá no es tan estricta como la tuya y sé que no se molestaría si le llevo a un chico mayor que yo.

-Lo sé, pero yo nunca quise embarazarme de él, ni de nadie.

Yo jamás llegué a pensar embarazarme a esta edad, pero pasó y no puedo seguir lamentando mi decisión. Al principio había llorado mucho y ahora ya no quiero hacerlo.

Dos Pequeños DeslizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora