🚫ADVERTENCÍA: 🚫
EL CAPÍTULO CONTIENE CONTENIDO SEXUAL, ESTÁ A SU DISCRECIÓN LEER O NO.
Ezequiel
Mientras Valentina se encontraba en el baño, me siento sobre la cama para deshacerme de mis botas y medias. Después prosigo por quitarme el abrigo y luego la camiseta. Pasó a arrojarme de espaldas sobre la cama y cierro mis ojos por un momento.
Necesito pensar en un plan para librarme de ir a prisión y acompañarla como es debido durante la crianza de mis hijos. Joder, sé que debo encontrar una solución y es que, aunque mi mujer fuese emancipada, aunque sus padres y mi hija acepten mi relación con ella. Aun así, jamás podremos decirle al mundo que los hijos que ella espera son mis hijos legítimos.
Algo en lo que no estaba dispuesto a ceder y debo hallar una solución para evitar terminar en prisión. Tomo mi celular para hacerle una pregunta en específica al buscador del navegador y entró a una página. Decido concentrarme en leer, pero vuelvo a releer la cuarta opción y...
Joder, si la hay. ¿Y por qué diablos no se me ocurrió esto antes?
—Amor, es la primera vez que entro a un lugar como éste. —confiesa Valentina alejándome de mis pensamientos y cuando la miro quedo sentado de una vez sobre la cama. Guardo mi celular dentro del bolsillo y le doy una ojeada completa.
Ella había acaparado toda mi atención de la manera que más me fascina y más me enciende que lo haga. Mi mujer había salido de ese baño en ropa interior de dos piezas en color negra en tela de encaje y ahora entiendo el porque de su demora.
—Había otro mejor que hasta espejo tenía sobre el techo para que no perdieras de vista nada de lo que te estuviese haciendo y en el baño había un jacuzzi bastante enorme. —le cuento, mientras no perdía de vista su movimiento de quitarse esa estorbosa prenda que me impedía admirar sus pechos.
—¿Y por qué no fuimos a ese, mi amor? —Lleva sus manos a su tanga y mueve sus pies para que se deslicen por estás. Gruñó cuando la observó caminando hacia mí de manera sensual.
—Es para mayores de 21 años y nos pedían las identificaciones. —le contesto seguramente con mi voz ronca producto del creciente deseo.
Abro mis piernas para recibirla en cuanto se acercó a mí y llevo mi rostro a su cuello para aspirar su delicioso aroma a fragancias cítricas. Ella jadea en cuanto mis labios rozaron su cuello y termino por dejarle una suave mordida.
—Eso suena muy excitante y debes llevarme a ese algún día. —dicta.
—Yo complaceré a mi mujer en todo lo que ella me pida. Te cuento que desde que vi las fotografías del lugar no he dejado de fantasear en todo lo que podrías hacerte dentro de aquella habitación. —confieso llevando mi mano directo a su entrepierna para comenzar a acariciarle su clítoris y ella las separa un poco para que mi mano estuviese cómoda.
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Dos Pequeños Desliz
General FictionConoce la historia de Valentina, una niña de tan solo 18 años. Para celebrar su cumpleaños número 18, decidió ir a un bar a pasarla bien junto a su mejor amiga y su hermanastra. Esta niña, esa noche conoció a un hombre mayor. Esa noche en el bar est...