Luego de que me disculpara con Ezequiel por el abrazo, comencé a caminar hacia el pasillo de casa apresurada y es que ahora solo quería llegar a mi habitación lo más pronto posible. Porque no ha sido nada agradable sentirme rechazada por el padre de mis bebés y el hombre al cual yo amo delante de todos. Esta era la primera vez que alguien que quiero me rechazaba de esta forma y ahora estoy apretando mis ojos para no llorar.
Paso a mirar a todos a mi alrededor, mientras sonrío y al parecer nadie había notado que me habían rechazado. Ni siquiera habían escuchado algo de lo que hablo Isa y es porque Alfonso le dio a reproducir a la música en cuanto terminamos. Claro después de abrazarme y felicitarme por mis niños como lo estaban haciendo todos los demás. Al ver como todos me abrazan quise hacer lo mismo con Ezequiel y pues la alegría al saber que serían nuestro hijos me había ganado.
Claro que lo pensé mucho, pero no me pude resistir y quise correr a sus brazos. Sin embargo, no pensé que me rechazaría o que le diera vergüenza abrazarme. Respiro profundamente cuando observó que Alexis y Alicia se interpusieron en mi camino deteniéndome antes de llegar al principio del pasillo.
—Que emoción Vale, tendrás un niño y una niña. —Hablaba Alicia corriendo a abrazarme y yo me arrojo a sus brazos.
—Sí. —le exclamó con algo de emoción.
—¡Felicidades cuñada! —exclamó Alexis y me separó de Alicia para recibir su abrazo también.
—¡Gracias! —les contesto a ambos.
—¿Te sientes bien o estás mareada nuevamente? —preguntó Alicia y le niego con mi rostro.
Quizás mi mirada le estaba enviando señales, pero trato de sonreír y de inventarme alguna excusa.
—No, es solo que estoy algo cansada y quisiera ir a cambiarme estas sandalias a mi habitación.—le contesté bajando la mirada a mis pies.
—¿Te acompaño? —se ofreció Alicia, pero subo mi rostro y le niego.
—No es necesario y mejor sigan disfrutando de la fiesta.
—¿Segura que estas bien? —Vuelve a insistir Alicia y le asiento.
—Sí y si preguntan por mí, díganle que fui a mi habitación por un momento. —les contesté y camine rápidamente hasta la puerta de mi habitación.
Camino lo más rápido que puedo por el peso de mi barriguita, entro y cierro la puerta colocando el seguro. Automáticamente me pegó de espaldas a la puerta y cierro mis ojos por un momento para controlar mis ganas de llorar. Sin embargo, no lo logré y al fin las gotas comenzaron a bajar por mis mejillas.
¿Qué había hecho mal?
¿Porque no correspondió mi simple abrazo como todos los demás, después de haberme escrito que me quiere?
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Dos Pequeños Desliz
General FictionConoce la historia de Valentina, una niña de tan solo 18 años. Para celebrar su cumpleaños número 18, decidió ir a un bar a pasarla bien junto a su mejor amiga y su hermanastra. Esta niña, esa noche conoció a un hombre mayor. Esa noche en el bar est...