― ¿Estás mejor? ― Pregunta con fingida preocupación, en realidad se ríe de mí.
Todo a mi alrededor da vueltas, además es borroso y solo veo figuras de colores. Siento los brazos de cupido sujetándome contra su cuerpo, si no fuera por él estaría tirada en el suelo.
― Cállate. ― Gruño, escucho su risa cerca de mi oído.
― ¿Eres capaz de mantenerte en pie o vas a destrozar el vestido?
Me muevo, dándole a entender que me deje libre. Aparta los brazos de mi alrededor, pasa un segundo cuando me precipito contra el suelo. Cierro los ojos esperando el impacto, pero sus brazos vuelven a sujetarme.
― Van a pensar que te hice algo. ― Su aliento choca con mi cuello. Me ha incorporado y me mantiene pegada a su cuerpo.
― Odio eso. ― Murmuro intentando fijar la vista en algo, cualquier cosa.
― Te acostumbraras.
Me sostiene mientras me recupero. Pasan los segundos y poco a poco voy sintiéndome mejor. El mundo deja de dar vueltas, ahora solo se tambalea ligeramente, nada que no pueda soportar. Mi vista borrosa se vuelve más nítida, aunque sigo sin distinguir los detalles. Un enorme puente de cristal es lo primero que distingo.
― Buenos días, Zed. ― Saluda una voz masculina que desconozco. Giro la cabeza demasiado rápido, cierro los ojos con fuerza.
― Buenos días, Alex.
― ¿Qué tal todo? ― Su tono es amigable, hace una pausa. ― Te veo ocupado.
Abro los ojos y fijo la vista en el chico a nuestro lado. No puedo evitar abrir la boca sorprendida. ¿Por qué todos los espíritus son tan atractivos?
― Se encuentra mal. ― Justifica, ya no siento su aliento.
― ¿Qué te pasa? ― Se dirige a mí, sus ojos amarillos me dejan inmóvil. Ahora que nuestras miradas están unidas puedo apreciar el color brillante que posee. Su pupila está rasgada, dándole un aire intimidante.
― Mareos. ― Responde por mí, en el fondo se lo agradezco. Ahora mismo parezco una estúpida.
― Entiendo. ― Vuelve la vista a Cupido. Mis neuronas vuelven a funcionar.
― Estoy mejor, puedes soltarme. ― No hace ningún amago, pero se que me ha escuchado.
― ¿Segura? ― Pregunta en un susurro solo para nosotros. Asiento.
Sus brazos me liberan, aunque los mantiene extendidos a mi alrededor. Mantengo el equilibrio, mi vista ha vuelto a la normalidad y solo quedan pequeños restos de la sensación de mareo. Después de unos segundos aparta los brazos por completo, me giro para quedar frente al extraño. Cupido me ofrece su brazo, esta vez lo acepto.
― Ella es ____ , mi acompañante. ― Me presenta, el extraño de ojos amarillos me examina.
― Puedes llamarme Alex. ― Extiende la mano frente a mí, la acepto pensando que es para estrecharlas, pero antes de que pueda reaccionar la lleva a sus labios y deposita un beso.
― Demasiado típico. ― La voz seca de Cupido hace que salga de mi sorpresa, el chico suelta una carcajada.
― Solo intento ser amable, ya me conoces. ― Suelta mi mano, una sonrisa se dibuja en sus labios. Se dirige a Cupido. ― Hace mucho que no te veía.
― Lo mismo digo. ¿Y tú hermano? ― Mira alrededor con el ceño fruncido. ― ¿No lo habrás tirado por el precipicio?
Ambos ríen, pero yo no lo entiendo. Entonces miro alrededor y lo capto. El enorme puente de cristal está construido sobre el precipicio, no se ve el fondo desde aquí. El miedo me recorre al pensar en caminar por ahí, con la posibilidad de que se rompa en cualquier momento.
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Esto No Es Normal | Jack Frost
Fanfiction―Todo el mundo es una luna y tiene un lado oscuro que nunca muestra a nadie. ―Ella mantenía la mirada pérdida, tal parecía que su mente estaba en otro mundo. Y ciertamente, solo estaba preparándose para lo que venía, estaba agotada y tenía miedo. Pe...