Vuelvo a la cueva, camino en la oscuridad con cuidado hasta que mi vista se acostumbra. Cupido se encuentra sentado con la espalda apoyada en la pared y las piernas extendidas.
― Hola, preciosa. ― Saluda sin separar la vista de sus manos. Me acerco hasta que consigo ver lo que sostiene en la palma, el pequeño muñeco de nieve.
― Hola. ― Saludo en un susurro, me siento a su lado. Agarro la manta y la extiendo sobre mi cuerpo.
― Aunque sea un trozo de hielo tiene buenos detalles... ― Murmura examinando el muñeco.
― Sí, es bonito.
Levanta la mirada y me sonríe de lado.
― Así que Jack te parece bonito. ― Sin darme cuenta asiento con la cabeza, pensando que se refería al pequeño muñeco.
― No, no. ― Niego rápidamente al caer en cuenta de sus palabras. Suelta una carcajada y la vergüenza me invade. Los latidos de mi corazón, que se habían relajado, vuelven a acelerarse.
― No me engañas, preciosa. ― Me guiña un ojo, poniéndome más nerviosa.
― Pensé que te referías al muñeco. ― Me excuso, suelta otra carcajada.
― ¿Me enseñas el collar? ― Pregunta divertido. Asiento un poco extrañada, saco el collar de debajo de mi camiseta.
Extiende la mano y pasa la yema por el hielo, siguiendo su forma.
― Así es... ― Murmura para si mismo mientras lo examina. Le observo confundida en silencio. ― ¿Te dio algo más?
― La manta.
Chasquea la lengua en desaprobación. ― Bonitos detalles de su parte, pero debería haberte buscado un sitio mejor, una cueva no es lugar para una dama.
― Tampoco soy una dama.
Precisamente de dama tengo poco.
― Igualmente, este no es un buen sitio. ― Deja el muñeco sobre mis piernas. ― Por la mañana iremos a mi casa.
― ¿Por qué no vamos ahora?
― No quiero que se desmaye si vuelve y no te encuentra. ― Responde sin importancia, recordándome que Jack no lo sabe.
― No creo que vuelva tan pronto. ― Comento mirando la salida, entra suavemente la luz de la luna.
― Yo creo que sí. ― Se cruza de brazos y se acomoda, inclina la cabeza dejándola apoyada.
― ¿Vas a dormir así? ― Pregunto cuando cierra los ojos. No tiene pinta de ser una posición muy cómoda.
― Sí. ― Abre un poco uno de sus ojos. Eleva una de las comisuras, dándome una sonrisa ladeada. ― Si pasa algo me daré cuenta. ― Dice con seguridad. Me encojo de hombros.
Si él quiere dormir así, pues que lo haga. Me acomodo tumbándome por completo, le doy la espalda. Cierro los ojos e intento conciliar el sueño, pero el peliblanco no sale de mis pensamientos.
Mi mente da vueltas, repasando todos los momentos con él. Intento concentrarme en otra cosa, pero es imposible.
― ¿En que piensas? ― Me sobresalto al escuchar su voz.
― En nada, no puedo dormir.
― Sería normal, porque te tiraste toda la tarde durmiendo. ― Hace una pausa. ― Pero no es por eso.
― Entonces, ¿por qué es?
― Dímelo tú. Los latidos de tu corazón no dejan que me relaje. ― Me incorporo y lo miro extrañada. ¿Cómo puede escucharlos?
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Esto No Es Normal | Jack Frost
Fanfiction―Todo el mundo es una luna y tiene un lado oscuro que nunca muestra a nadie. ―Ella mantenía la mirada pérdida, tal parecía que su mente estaba en otro mundo. Y ciertamente, solo estaba preparándose para lo que venía, estaba agotada y tenía miedo. Pe...