Capítulo 25: II

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Cada vez siento que me hundo más en mi sitio. Desde que hemos empezado a hablar todo ha sido caos, no han dejado de discutir por cualquier cosa. He llegado a desconectar y centrarme en mis pensamientos hasta que se relajen, se den cuenta de que sigo aquí y vuelvan a retomar la conversación con tranquilidad, para después discutir de nuevo entre ellos.

Cuando volvíamos de la fiesta llegué a pensar que se llevarían mejor, de verdad que lo creí al principio, pero esa ilusión no ha durado mucho tiempo. No entiendo el motivo de su continua rivalidad infantil.

Vuelvo a prestar atención cuando Cupido se levanta amenazante, Jack se pone rígido a mi lado.

― ¿Cómo puedes ser tan irresponsable? ― Le acusa con el ceño fruncido con enfado. ― ¿Qué hubiera pasado si ese hombre la hubiera secuestrado?

― Haz el favor de callarte. ― Gruñe el peliblanco, parece preparado para levantarse en cualquier momento.

― Silencio los dos. ― Arrastro las palabras con cansancio. ― ¿Podéis seguir con lo importante?

Como esperaba ninguno me hace caso, ni siquiera me han mirado. Suelto un suspiro dándome por vencida y volviendo a mis pensamientos. Clavo la vista en un punto fijo de la mesa mientras escucho sus voces de fondo.

Ni siquiera he terminado de contarles todo lo que me pasó, interrumpen continuamente haciendo que mi paciencia se agote. Cupido se ha mostrado sereno y atento en escucharme y analizar mis palabras, aunque no desaprovechaba lo más mínimo para tirarle comentarios al peliblanco, quien respondía con obvia molestia. Sin embargo, la serenidad ha desaparecido y ambos están más que molestos.

― Ella me importa, no quiero que la pase nada. ― La voz del peliblanco capta mi atención de nuevo.

― Callad o me voy. ― Amenazo levantando el tono. Solo recibo la mirada de ambos por unos segundos, después vuelven a ignorarme.

Me levanto con un bufido y camino hasta la puerta sin mirar atrás. No pienso seguir perdiendo el tiempo con idioteces, dijeron que íbamos a hablar con seriedad y no lo están cumpliendo, en ese caso no tiene sentido que siga aquí.

Una cálida mano me rodea la muñeca haciendo que me detenga.

― ¿Qué? ― Escupo dándome la vuelta.

― Sigamos hablando. ― Pide haciendo el amago de volver a los sofás. ― No discutiremos más. ¿Verdad, Jack?

― No prometo nada. ― Se cruza de brazos en su sitio, aunque se acomoda de forma más relajada.

Muevo la mirada de uno a otro, no me creo que se mantengan en silencio.

― La última oportunidad. ― Advierto. Me suelto de su agarre y vuelvo a mi sitio junto al peliblanco.

Conseguimos retomar la conversación por donde lo habíamos dejado, específicamente cuando encontré ese extraño chico en el pueblo. El tiempo pasa rápido. Intento contar con los máximos detalles que puedo recordar, sin dejar ningún espacio en blanco. Se muestran confundidos la mayoría del tiempo, sobre todo el peliblanco a pesar de que sabía casi todo. A través de los ojos de Cupido puedo ver como repasa una y otra vez todo, buscando alguna relación con cualquier cosa nueva que suelto por la boca. Me ahorro mis sueños, un repentino nudo en mi garganta no me ha dejado hablar. Termino por decirles lo que pasó en la fiesta desde mi punto de vista, haciendo un esfuerzo por explicar cómo me sentía con ese extraño poder.

― Hay demasiados cabos sueltos. ― Suspira echándose hacía atrás. Observa el techo pensativo. ― Quizás sea buena idea que vayamos a investigar.

― ¿A dónde? ― Pregunta con recelo el peliblanco.

― A todos los lugares donde han pasado cosas. ― Sus ojos se encuentran con los míos. ― No es necesario que vengas.

Esto No Es Normal | Jack FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora