― ¿Me habéis echado de menos? ―Cupido aparece caminando con una cesta en su mano. Jack se levanta del suelo y estira la espalda, mientras observo en silencio desde mi lugar.
― No. ― Responde cortante el peliblanco.
― ¿Y tú, preciosa? ― Pregunta con media sonrisa en su rostro, niego en respuesta. Deja la cesta a mis pies y se sienta a mi lado, hace un puchero con sus labios. ― Encima que te traigo comida... ― Hace una pausa. ― Pensé que a las mujeres hermosas se les conquistaba dándoles comida.
Abro la boca para contestarle de malas maneras, pero la voz del peliblanco me interrumpe.
― No tienes que conquistarla. ― Dice con un tono aparentemente desinteresado, a la vez que mueve la mano con desdén.
― ¿La vas a conquistar tú? ― Recalca la ultima palabra mientras clava sus ojos verdes en los azules que le enfrentan. Ambos se quedan en silencio por unos escasos segundos, mi mirada se mueve de uno a otro.
― No. ― Vuelve a responder. Cupido suelta una carcajada y me rodea con su brazo atrayéndome a él, mi cuerpo se tensa en respuesta.
― Entonces no hay problema en que lo intente yo. ― Dice satisfecho mientras apoya mi cabeza en su hombro. Me separo de un empujón.
― Estoy aquí, no habléis como si fuera invisible. ― Levanto la mano y les señalo a los dos. ― Y nadie me tiene que conquistar, ni quiero que lo intentéis.
― Que aburrida. ― Murmura poniendo los brazos flexionados detrás de su cabeza, los músculos se marcan consiguiendo que mi mirada se desvíe un segundo, cuando vuelvo la vista a sus ojos se que me ha pillado por la breve sonrisa que oculta. ― ¿Estás segura?
― Ya la has escuchado, deja de molestar. ― Suelta el peliblanco arrastrando las palabras con cansancio. Se sienta a mi otro lado, levanta la tapa de la cesta y observa el interior.
― ¿Qué es? ― Pregunto cuando el olor llega a mis fosas nasales. Nunca había olido algo tan delicioso.
― Una tarta. ― Responde con el ceño ligeramente fruncido. Levanta la cabeza y mira al ojiverde. ― ¿Por qué le traes esto?
― Ayuda a recuperar energía y poder. ― Se encoge de hombros. ― La comida humana es demasiado cutre para alguien como ella.
― No sabemos cómo va a reaccionar, no puede comer esto. ― Cierra la cesta y se levanta, cuando la intenta agarrar Cupido le detiene.
― ¿Qué crees que haces? ― Pregunta en un tono ligeramente amenazante que no cuadra con la sonrisa que muestra.
― Voy a deshacerme de ello. ― Responde desafiándole con la mirada.
― ¿De qué tienes miedo? ― Se levanta sin soltar el agarre de la cesta, es más alto que el peliblanco.
― No tengo miedo. ― Gruñe, da un pequeño tirón intentando quedarse con la cesta.
― ¿Qué pasa? ― Me levanto para llamar la atención de los dos. ― ¿Por qué no puedo comerlo?
― Responde espíritu del invierno, ¿por qué no puede comerlo?
― Cállate, Cupido. ― Su mandíbula se tensa, me observa de reojo, pero no responde a mi pregunta. ― Dame la cesta. ― Ordena mientras vuelve a tirar de ella, el ojiverde hace fuerza en la dirección opuesta.
― Te estás comportando como un niño. ― Se queja, vuelve la mirada a mí y me sonríe. ― No te preocupes, vas a comer la tarta.
― No lo hará.
― Si lo hará.
El ambiente cada vez es más pesado y tenso. Ambos se desafían con la mirada, ninguno cede.
― ¿Podéis parar? ― Observo a los dos, ninguno desvía su mirada.
― Bien. ― Susurra el peliblanco, coge el cayado que estaba apoyado en la pared. En menos de un segundo le ha lanzado un rayo, congelándole por complejo menos su brazo.
Antes de que sea capaz de reaccionar se ha ido volando con la cesta, mientras estoy estática al lado de un bloque de hielo con Cupido dentro. Me llevo las manos a la frente sin saber que hacer.
Joder.
¿Qué le pasa en la cabeza? Creía que era yo laque estaba mal.
***
Ya volví.
Es corto, lo sé. Subiré el siguiente mañana, no se preocupen.
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Esto No Es Normal | Jack Frost
Fanfiction―Todo el mundo es una luna y tiene un lado oscuro que nunca muestra a nadie. ―Ella mantenía la mirada pérdida, tal parecía que su mente estaba en otro mundo. Y ciertamente, solo estaba preparándose para lo que venía, estaba agotada y tenía miedo. Pe...