Capítulo 24: I

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Jack Frost.

― ¿Ya? ― Pregunta cuando siente que me estoy acercando.

― Sí, toma. ― Le doy el vestido, observa detenidamente la sangre y la tela rota.

― Que desperdicio. ― Murmura, camina hasta una puerta y desaparece por un momento.

No tarda en volver y sentarse en el sofá, deja caer la cabeza hacía atrás. En esa posición me doy cuenta de lo cansado que en verdad se encuentra, su piel está más blanca de lo normal y su mirada se ve perdida.

― ¿Qué miras? ― Pregunta mirándome de reojo.

― Estás débil. ― Comento, suelta una carcajada irónica.

― Que observador.

― También deberías descansar. ― Propongo, porque de verdad su aspecto es lamentable.

― No tengo tiempo para eso. ― Gruñe, se incorpora y apoya los codos en sus rodillas. ― Tenemos que hablar, siéntate.

Me dirijo al sofá frente a él, una mesa en medio nos separa. Entrelaza sus manos y levanta la mirada, espero pacientemente a que comience. Su rostro serio hace que me enderece en mi asiento, debe ser importante.

― ¿Por qué fuisteis a la fiesta? ― Pregunta, antes de poder responder continúa. ― Nunca habéis ido a ninguna, ¿por qué ahora?

Suspiro y por reflejo paso la mano por mi pelo. No debería contarle nada sobre nuestro plan, ni siquiera sobre los problemas que estamos teniendo. Sin embargo, no creo que suceda nada malo por decírselo, pude ver con mis ojos como peleaba e intentaba proteger a ____.

― Nuestra intención era encontrar a los aliados de Pitch, el Hombre de la Luna dijo que tenía varios aliados. ― Explico bajo su atenta mirada. ― No pensé que estarías con ____.

― ¿Así que Pitch ha vuelto a las andadas? ― La burla es palpable en su voz. ― Bueno, eso es insignificante.

Frunzo el ceño, no creo que sea algo que no debemos tener en cuenta.

― ¿Tú por qué estabas allí con ella? ― Pregunto, su mandíbula se tensa por un segundo.

― Me pidieron ser el presentador. ― Contesta secamente, da la impresión de que hay más que no quiere contar. ― Vamos a lo importante, ¿volverás con los guardianes?

― Claro, soy un guardián. ― No parece agradarle mi respuesta, cuadra los hombros y vuelve a preguntarme.

― ¿Te irás con ellos después de lo que le hicieron a ____?

― No decidí ser guardián, el Hombre de la Luna me eligió. ― Me justifico porque es la verdad, no es una opción. ― Pero vendré para ayudaros también.

― No.

― ¿No qué?

― No vendrás. ― Niega con la cabeza. ― Si te vas con ellos, olvídate de nosotros.

― ¿Qué? ― Me inclino hacía delante, empieza a molestarme lo que dice.

― Debes decidir entre ellos o nosotros, no puedes estar con ambos.

― ¿Por qué no? ― Cierro las manos en puños. ― ¿Sólo por qué lo digas tú?

― No confiaré en un guardián, mucho menos después de lo que todos hemos visto que hizo Norte. ― Sus ojos se oscurecen, su mirada no se ha separado de mí ni un instante.

― No la haría daño nunca.

― Quizás directamente no, pero al estar con ellos se lo harás indirectamente. ― Su voz no tambalea. ― Habría que ser idiota para no darse cuenta, mientras sigas con los guardianes serás un peligro para ella.

Esto No Es Normal | Jack FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora