Capítulo 18: II

546 71 36
                                    

― ¿Estás bien? ― Susurra dejando mi boca libre. Asiento incapaz de decir nada. ― ¿Estabas teniendo una pesadilla?

Todo el sueño se repite en mi mente, recordando exactamente donde lo habíamos dejado. Siento el calor subir a mi rostro y acumularse en mis mejillas.

― No, no, no, no. ― Niego rápidamente, meneando la cabeza de un lado a otro.

No soy capaz de distinguir sus rasgos con claridad, pero creo que es mejor así. No sería capaz de mirarle a los ojos ahora mismo.

― Estabas moviéndote mucho. ― Replica. ― ¿Seguro que estás bien?

― Sí, solo era un sueño movido. ― Escapa de mi boca antes de darme cuenta. Rezo en mi interior para que no pregunte.

Se conforma con mi respuesta. Veo su silueta moverse, sentándose a mi lado ya que estaba de rodillas. Se pasa por mi mente la idea de sentarme encima suya a horcajadas, pero la descarto inmediatamente. Maldito sueño.

― Pasaré la noche aquí, pero debo irme pronto. ― Comenta. A pesar de que intento concentrarme en sus palabras, sigue viniendo a mi mente lo sucedido en mi sueño.

― ¿____? ― Mueve la mano, acercándola a mi cara. Me echo hacía atrás asustada.

― Ah, sí. ― Balbuceo nerviosa. ― ¿Por qué?

― Hay problemas con Pitch Black. ― Suspira. ― Al parecer ha encontrado aliados, aunque no sabemos que planean.

― Entiendo. ― Susurro, fingiendo que le presto atención.

Observo la silueta de su perfil. Mi vista se ha adaptado un poco a la oscuridad y, con ayuda de la poca luz de la luna q entra, consigo distinguir sus rasgos. Mi mirada se posa en sus labios, recordando con vergüenza la sensación. ¿Se sentirá igual o será mejor?

Relamo mis labios sin darme cuenta y, justo en ese momento, el peliblanco me mira. Levanta una de sus comisuras, dándome una sonrisa ladeada que me deja sin aliento.

― ¿Segura que estás bien? ― Repite al verme hipnotizada.

― Tengo sueño, es todo. ― Me excuso apartando la vista.

Tengo que relajarme. Solo fue un sueño, no fue real. Aunque no entiendo por qué he soñado con él haciendo... esas cosas.

― Ven, anda. ― Extiende el brazo y agarra mi muñeca. Tira de mí hacía su cuerpo.

Entro en pánico. Todos mis músculos se tensan y mi corazón golpea contra mi pecho. Una vez pegada a su cuerpo me quedo rígida, sin moverme ni un centímetro. Envuelve el brazo pasándolo por mis hombros, me obliga a reposar la cabeza sobre su pecho. Mierda.

― ____, relájate. No me dejas dormir. ― La voz de Cupido retumba en la cueva, asustándome. Mi corazón se detiene de golpe. ― No tanto, joder. Jack muévela o se va a desmayar.

― ¿Qué? ― Pregunta confundido. Con la otra mano levanta mi cabeza con delicadeza, examina mi rostro con sus ojos, ahora azul oscuro. ― ¿Estás enferma?

Mi respiración se corta al tenerlo tan cerca. Mi cerebro solo repite una y otra vez el sueño.

― No está respirando. ― Escucho la voz de Cupido más distante.

― ¿Qué está pasando? ― Jack pregunta nervioso y preocupado. Los iris de sus ojos se mueven con rapidez.

― Hazla el boca a boca. ― Ordena devolviéndome a la realidad. El peliblanco no se lo piensa, me tiende en el suelo sin esfuerzo y se posiciona a mi lado. Se aproxima a mis labios.

Esto No Es Normal | Jack FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora