Cada vez hay menos luz en la cueva, está anocheciendo. El peliblanco a salido excusándose con que tenía que hacer su trabajo, me prometió que no le diría nada a Norte sobre mí y se lo agradecí, tenemos ya bastantes problemas.
He intentado dormir en estas horas pero el dolor no me lo permite, el pequeño muñeco de nieve sigue a mi lado y, en realidad, si que me hace algo de compañía.
Me tenso cuando aumenta, aprieto los dientes y los párpados cerrados. Hay momentos en los cuales me duele muchísimo más, en cambio hay otros en que solo es una ligera molestia. Suspiro cuando el dolor cesa, relajo los músculos e intento estirarme.
He estado pensando en Jack y todo lo que está sucediendo, si tuviera acceso a Internet investigaría algún caso parecido de locura. No creo que sea la primera persona que tiene alucinaciones tan reales, no voy a negar que me hacen dudar de cuál es la realidad. A veces se siente tan real...
Me acomodo y me tapo con la manta, el suelo y la pared con el tiempo me hacen daño, parece que mis nalgas se van a quedar planas. Cierro los ojos y me concentro en la brisa que acaricia la piel de mi rostro, también en los suaves sonidos del bosque y en el de la lejana cascada del lago.
***
-Ya he vuelto.- Me sobresalto y me golpeo la cabeza contra la pared, suelto un quejido y cubro la zona golpeada con mi mano.- Ten cuidado, no puedes ir dando cabezazos contra las rocas.
Le dedico una mirada de odio, se encoge de hombros y se sienta a mi lado. Nuestras miradas se cruzan, frunce las cejas y achina sus ojos azules ligeramente.
-No me mires así, yo no te he golpeado.- Dice con obviedad, bufo y ruedo los ojos. Abro la boca para contradecirle pero la vuelvo a cerrar, un pinchazo sube por toda mi columna vertebral.- ¿Qué pasa?
Ignoro su pregunta a pesar de su tono preocupado. Siento que, al más mínimo movimiento, mi espalda se partirá en dos. Me mantengo inmóvil, respirando profundamente intentando controlarme.
Jack se detiene a mi lado, le observo de reojo. Agarra el borde de su sudadera y comienza a levantarla, suelto un gruñido para que se detenga pero, al igual que yo hice con él, me ignora y termina por quitársela. Los músculos de su torso se tensan al levantar los brazos y sacar la sudadera de su cabeza, desvío la mirada cohibida. A pesar de ser delgado, tiene los suficientes músculos para considerarlo un cuerpo bastante atractivo. Debo admitir que pensé que sería puro hueso, me ha sorprendido.
-Toma.- Me ofrece la sudadera, ante mi expresión de confusión resopla y señala mi cabeza.- Para que la uses de almohada, estarás más cómoda.
Por un momento cruza por mi mente la preocupación de que se enferme, como si fuera una persona real. Descarto el pensamiento y me siento ridícula, es imposible.
-Gracias.- Susurro y acepto la sudadera, una sonrisa diminuta aparece en su rostro. La coloco en el suelo y me tumbo de lado, dándole la espalda.
-¿Te sigue doliendo?- Pregunta y casi puedo sentir como sus ojos me observan, hago un sonido de afirmación.
Después de un rato de silencio, cada vez me duele más. La manta se mueve y gruñó en protesta agarrandome a ella, Jack suelta una risa y susurra que me tranquilice. Abro lo ojos y giro la cabeza, me sorprendo al verlo tan cerca de mí, ya que se ha metido bajo la manta a mi lado.
-¿Qué haces?- Escupo alejándome instintivamente. Intento mirarle fijamente a los ojos pero, desgraciadamente, mi vista se desvía a su torso desnudo.
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Esto No Es Normal | Jack Frost
Fanfiction―Todo el mundo es una luna y tiene un lado oscuro que nunca muestra a nadie. ―Ella mantenía la mirada pérdida, tal parecía que su mente estaba en otro mundo. Y ciertamente, solo estaba preparándose para lo que venía, estaba agotada y tenía miedo. Pe...