12; 𝖳𝖾𝗇𝗀𝗈 𝗌𝗎𝖾𝗇̃𝗈.

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Astrid;

Mí princesa estaba dormida entre los brazos de su padre, quién caminaba de un lado a otro para no despertarla.

~¿Por qué no descansas un rato?

Me pregunto sin quitarle la mirada a Zephyr, ella era simplemente perfecta.

~Tengo sueño.. Pero no voy a dormir hasta que Zephyr se despierte con hambre.

Sonreí cansada, me dolía cada centímetro de mí cuerpo, pero haría esto una y otra vez por ver a mi marido así de feliz, así de paternal.

~¿Segura?

~Segura.

Estábamos en un cómodo silencio, hasta que Zephyr empezó a llorar, justo cuando me estaba durmiendo. Hipo me pasó a Zephyr, yo me subí la camiseta dejando al aire uno de mís senos, empecé a amamantar la con algo de dolor, más del qué ya tenía.

~¿Duele?

~¿A qué viene tú pregunta cariño?

~Tú cara me lo dice todo mí amor.

Me dolía todo, en especial los senos y la cadera, era hermoso saber qué di vida a una hermosa niña, qué depende de mí y de Hipo para sobrevivir unos años. 

~Solo.. Solo es en lo qué me acostumbro a ella.

Sonreí mirando a mí amada hija, quien aún tomaba la leche qué mí cuerpo le proporcionaba, ella me miraba con atención, tenía sus pequeñas manos sobre mí seno.

~Costará un poco acostumbrarnos a esto de ser padres.. Tener qué cuidarla de todo lo que la quiera dañar.

Se acostó al lado mío acariciando la cabeza de Zephyr, quien por fin acabo su primera comida, le saqué los gases para que se pueda dormir. Ví que se durmió, se la entregué a Hipo quien la dejó en la cuna que alguna vez fué mía, estaba arropada en una manta que Valka le había hecho en septiembre. Hipo se acostó envolviendome en sus brazos, nos arropó con las mantas que estaban tiradas a un lado de nosotros, nos acomodados juntos para dormir en paz.

~Gracias..

Fue lo último que escuché antes de ser dominada por el sueño.

Hipo;

Mí amada se quedó dormida rápidamente, ninguno de los dos durmió anoche, ya que Astrid duro en trabajo de parto desde media noche hasta el anochecer, fueron casí 12 horas de sufrimiento para ambos, para ella eran contracciones y un dolor insoportable y para mí, eran sus dolorosos gritos. Pero le doy gracias a ella por haber cuidado a Zephyr por 8 meses en su vientre, por haber hecho que ella naciera, porque me dió el mejor regalo qué pude pedir.

Estoy orgulloso de ella, estoy orgulloso de mís dos guerreras.

El sueño me consumió al igual qué ella, era padre de una hermosa niña con los encantadores ojos de su madre.

᭙ꫝꫀ𝘳ꫀ ꪀꪮ ꪮᥒꫀ ᧁꪮꫀ᥉. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora