46; 𝖫𝗈𝗌 𝖾𝗑𝗍𝗋𝖺𝗇̃𝗈.

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La gente empezó a decir que su jefe enloqueció o algo parecido, ya que siempre decía cosas a las que había vivido, todo se volvieron buenos y malos recuerdos de Hipo, cada vez parecía perder la cabeza, pero en realidad estaba decaído por bastantes cosas de su pasado y presente.

~¿Jefe?

Pregunto Eret ganandose la mirada fría de Hipo, parecía que Loki le hacia una mala jugada al castaño.

~Eret.

Contestó con frialdad, no tenía ganas de hablar, quería quedarse recordando un sagrada juventud.

~Los suministros estan listos para mañana, ¿Quiere algo más?

~A mí esposa.

Eret se marcho de ahí yendo a buscar a la mujer de su jefe. La mujer estaba ayudando a Patapez con los niños enseñándoles la historia de Berk, parecía entusiasmada, alegre.

~¿Saben lo impresionante? El líder de la academia era la persona mas necia que existe, ¿había una batalla? No dormía para ganarla a pesar de estar preparado, nunca dejo de luchar por lo que amaba.

Dijo Astrid con una sonrisa en su rostro, Patapez tomo la palabra cuando alguien lo interrumpió.

~Exactamente, no escuchaba a nadie a menos que fuera necesario.

~Jefa, el jefe la quiere ver en el gran salón.

Astrid volteó a ver a Eret, asintió levemente, cuando el hombre se fue a quien sabe donde, ella volteo a ver a los niños.

~Escuchen a sus superiores, o a su corazón para bien.

Dijo antes de marcharse, Patapez la tomo del hombro acercandose al oído de ella.

~Tengan cuidado tortolos.

Ella no evito soltar una risa, se alejo de Patapez, al llegar vió una imagen que le partió el alma, su marido en un mar de lágrimas, desesperado por aire, sus manos temblaban, tenía un ataque de panico. Astrid corrió hasta el abrazandolo con fuerza, el hundió su cabeza en el espacio que había entre el cuello de su amada y su hombro.. Lloro como nunca en su vida, el pánico no se iba, solo empeoeraba, ella no pudo evitar derramar unas lágrimas, mientras pasaba sus manos por la espalda y cabello de el.

~Todo va a estar bien cariño..

Susurraba una y otra vez al oído de su amado, nadie veía a los mismos jinetes de dragones, jefes, guerreros llorar de la manera que Hipo lloraba, ni siquiera Astrid lo había visto llorar así.

Hipo buscaba el aire de todas las maneras posibles, pero no había ningún lugar que el pánico le haya llegado al castaño, fué fácil decir que estaba desesperado por llorar, hasta gritaba de tal forma que la pandilla tenía sus oídos pegados a la puerta, de tal forma que había gente cerca a la pandilla que escuchaba los lamentos del jefe.

~Cariño.. Dime que pasa.. Por favor.

Volvió a susurrar a su oído, llego a un momento que Astrid se desesperó que quería darle una bofetada para que dejara de llorar, pero el la necesitaba ahora como su compañera de vida, y no como su amiga. Hipo pudo sacar la fuerza para balbucear lo que ella necesitaba oír.

~Los extraño..

Astrid entendió a quienes se refería, Chimuelo, Estoico, Valka, y por supuesto Zephyr. Ella recordó el poder que ella tenía en la vida de el.

~Yo igual, pero ellos estan con nosotros siempre..

Beso la frente de su marido dandole la paz que el tanto necesitaba, el por fin se tranquilizó, abrazó a su amada sin querer soltarse de ella.

᭙ꫝꫀ𝘳ꫀ ꪀꪮ ꪮᥒꫀ ᧁꪮꫀ᥉. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora