38; 𝖭𝗈 𝗆𝖾 𝖽𝖾𝗃𝖾𝗌.

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La pena y el dolor, al fin paso, no se iría y la olvidarian, ni de chiste. Amaban a su hija con todo su ser, pero ella ya no estaba.

~Díganle que no estamos interesados.

Ordeno el jefe al mensajero, no estaba interesado en obligar a su hijo a casarse con una desconocida.

~Pero dijo que harían guerra si no aceptaba.

~¡Ya dije que no! ¡Nadie en su sano juicio se mete con MÍS hijos!

Recalco la palabra mís, estaba decidido a no dejar a su hijo cometer los mismos errores que el, y el no cometería los errores de su padre. El mensajero se fue a darle el anuncio a ese jefe, Hipo golpeo la mesa con sus puños derramando lágrimas, parecía como sí fuera ayer que se hizo la promesa de cuidar y amar a esos niños con todo su ser, parecía como si el apenas empezo a tomar la decisión de irse de isla.. Habían pasado mas de 10 años desde que dejo de ser un pescado parlanchin, a ser el par que Thor les corre.

~¿Papá..?

Entro al gran salón un rubio acompañado de su madre, tenían algo entre sus manos, ya que era el cumpleaños del castaño, el hombre cumplía 42 años.

~Ahora no Nuffink..

Se sento con pesadez en su silla, limpió sus lágrimas para mirar a su familia con una leve sonrisa.

~Feliz cumpleaños My Lord.

Felicitó el hombre, el pueblo entro al gran salón para almorzar y felicitar a su jefe, el nunca se vió emocionado de celebrar su cumpleaños, ya que el único que lo animaba era su padre. Pero no habían razones para celebrar, no estaba su hija, su padre, ni su madre, y menos que Chimuelo, lo único que le quedaba en ese mundo eran su amada Astrid, y su amado hijo.

Ya en la noche, cada quién se fue a su casa, por ordenes del jefe no celebrarán el cumpleaños, en casa solo comieron pan con un caldo de pescado, les gustaba.

~Descansa.

Dijeron al tiempo los padres, cada quien se fué a su habitación, Astrid arropo a Hipo en sus brazos, y luego se arropo com una manta para ambos. Hipo derramó más de unas lágrimas, se aferraba a Astrid con miedo de perderla, se sentía miserable.

~Debes descansar Hipo..

Susurro Astrid sin dejar de acariciar el cabello de su amado.

~No me dejes Astrid..

Ella evitó reirse ante eso.

~No te dejaré, tenlo por seguro, ni siquiera el Valhalla me separara de tí.

Plantó un beso en el cabello del castaño, se sintió como el relajó sus músculos por completó, ambos quedaron en un pesado sueño, les dolian los ojos de tanto llorar, pero debían dejarla ir.

᭙ꫝꫀ𝘳ꫀ ꪀꪮ ꪮᥒꫀ ᧁꪮꫀ᥉. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora